Con la incorporación de Ciego
de Ávila, suman ocho los territorios que en Cuba ponen en práctica un
programa de prospección eólica para estudiar la factibilidad del
viento y su posible empleo en la generación eléctrica.
Como parte del proyecto, incluido entre las acciones para
fortalecer el sistema electroenergético nacional y garantizar el
desarrollo de la economía, se montaron en zonas de la costa norte seis
torres de acero de 50 metros de altura, las cuales disponen de
anemómetros para registrar la fuerza de la brisa a diferentes niveles,
cada 10 segundos.
Alexander Leiva, jefe del Parque Eólico demostrativo de la Isla de
Turiguanó, explicó que los soportes fueron ubicados en áreas llanas
con suelos estables y donde la velocidad y dirección del viento pueden
llegar a más de ocho metros por segundo.
Pinar del Río, Villa Clara, Camagüey, Las Tunas, Holguín,
Guantánamo y el municipio especial de Isla de la Juventud son los
otros territorios que ponen en marcha el programa de investigación de
ese recurso natural.
Si los datos recopilados arrojan valores positivos se aprobarán
inversiones para montar nuevos aerogeneradores en los lugares
escogidos.
Personal calificado en Ciego de Ávila identificó más de 500 puntos
en la provincia con posibilidades reales de utilizar eficientemente
los rayos solares, el aire y la biomasa en beneficio de bateyes y
poblados.
También se materializan varios proyectos como la instalación de
unos 600 molinos de vientos en granjas y unidades pecuarias, los
cuales suministran agua a más del 80 por ciento de la masa animal.
Los estudios para demostrar la factibilidad de aprovechar los
vientos como fuente de energía renovable forman parte de la revolución
energética emprendida por Cuba hace dos años con el objetivo de
encontrar una salida propia a la escasez y altos precios del petróleo
en el mercado mundial.
En su
discurso del Primero de Mayo del 2006, el Comandante en Jefe
Fidel Castro señaló que si estos esfuerzos los llevaran a cabo todos
los demás países del mundo, las reservas probadas y probables de
hidrocarburos durarían el doble y los elementos contaminantes que hoy
lanzan estos a la atmósfera se reducirían a la mitad.