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Los aspirantes demócratas a la presidencia estadounidense explotaron
sus posiciones en contra de la guerra en Iraq durante el segundo
debate televisivo de la presente campaña electoral, destaca hoy el
diario The New York Times.
En el encuentro, organizado en el estado de Nueva Hampshire, los
precandidatos discutieron planes de retiro de las tropas destacadas en
la nación árabe y se atacaron en los puntos débiles de más de cuatro
años de decisiones políticas concernientes al tema.
La senadora de Nueva York, Hillary Clinton, prometió que ordenará
el regreso de los soldados si gana en los comicios de 2008, mientras
su principal contrincante dentro del partido, el senador de Illinois
Barack Obama, indicó que reubicaría esas fuerzas en Afganistán.
Ambos políticos recibieron las críticas del ex legislador por
Carolina del Norte John Edwards, quien arremetió contra sus
correligionarios por la postura asumida ante el reciente debate en el
Senado sobre el incremento del presupuesto militar.
Edwards indicó que aunque Clinton y Obama votaron en contra de la
iniciativa, el momento y el asunto demandaba de ellos una postura más
firme en cuanto a la exigencia de un cronograma de retiro, debido a su
condición de líderes de opinión y posibles gobernantes del país.
Obama utilizó el ataque para rebatir los argumentos del también
candidato a la vicepresidencia en las elecciones de 2004 y, comentó
que su oposición a la guerra llegó con cuatro años de atraso.
Tanto Edwards como Clinton reconocieron que en 2002 votaron a favor
de la invasión sin exigir datos fidedignos de la situación en Iraq,
pues pensaron que estaban bien informados al respecto, sin embargo,
sólo el ex senador se retractó de su decisión.
Por su parte, el representante de Ohio Dennis Kucinich arremetió
contra el Congreso por respaldar la ocupación y aprobar nuevos fondos
para la guerra, en vez de cortar de forma tajante el suministro de
dinero al Pentágono.