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El Senado estadounidense retoma hoy el debate sobre un proyecto de
reforma migratoria apoyado por la Casa Blanca, pero blanco de duras
críticas por igual de liberales y conservadores.
Luego de un receso de más de una semana, los parlamentarios
centrarán su atención en varias enmiendas que enfrenta el proyecto
marco elaborado por un grupo bipartidista liderado por el senador
Edward Kennedy, demócrata por Massachussets.
Entre la avalancha de enmiendas que serán discutidas por los
legisladores, aparecen la de los demócratas Robert Menéndez, Hillary
Clinton y Christopher Dodd, encaminadas a refrendar la importancia de
los lazos familiares.
Según un editorial del diario californiano La Opinión, "el proyecto
de ley es tan complejo como lo es la inmigración con todas sus
ramificaciones".
La enmienda de Clinton aspira a lograr ciertas exenciones para los
cónyuges e hijos de personas incluidas en el programa de trabajadores
temporales.
Mientras los conservadores insisten en que la iniciativa en debate
daría una amnistía, hay fuertes presiones de los liberales para
legalizar a los cerca de 12 millones de inmigrantes indocumentados que
se calcula que viven en el país.
La iniciativa marco, que tiene el apoyo del presidente George W.
Bush, establece además un plan de trabajadores temporales, que
recibirían permisos de trabajo válidos por dos años y con un máximo de
dos renovaciones.
Entre las enmiendas aprobadas antes del 28 de mayo, figura una que
disminuyó desde 400 mil permisos de trabajos temporales hasta 200 mil.
En opinión de analistas como el académico Abraham F. Lowenthal,
profesor de relaciones internacionales en la University of Southern
California, el debate es "un paso importante en un confuso proceso que
quizás tenga o no como resultado una reforma".