El Fiscal General de Estados
Unidos, Alberto Gonzáles, enfrenta hoy serios cuestionamientos que
ponen en duda su continuidad en el gabinete del Presidente George W.
Bush.
La víspera, nuevos elementos complicaron la situación del
secretario de Justicia estadounidense quien debe renunciar, según
políticos demócratas y republicanos.
No tengo absolutamente ninguna confianza en el Fiscal General o su
liderazgo, dijo el presidente del Comité Judicial del Senado, el
demócrata Patrick J. Leahy, en declaraciones que cita este viernes el
diario The New York Times.
Las tribulaciones de Gonzáles aumentaron cuando los demócratas en
esa cámara del Congreso plantearon un voto de no confianza sobre su
persona, mientras prominentes republicanos indicaron que la presión
sobre este lo llevaría a renunciar.
La situación se complicó aún más luego que informes sobre un
episodio ocurrido en 2004, cuando era consejero legal de la Casa
Blanca, mostraron que presionó al entonces secretario John Ashcroft
para renovar la ley de escuchas telefónicas.
La más reciente solicitud de que el encargado de la justicia
estadounidense debe renunciar provino del senador republicano por
Minnesota, Norm Coleman.
Esta semana, además, el senador Charles Hagel, republicano por
Nebraska, se unió a sus colegas de partido John McCain, de Arizona,
John Sununu, de New Hampshire y Tom Coburn, de Oklahoma, para pedir la
partida del secretario de Justicia.
Según el Times, el voto de una resolución contra Gonzáles en el
Senado debe ocurrir la semana próxima. Aunque no será vinculante, el
texto obligaría a los republicanos a tomar una posición sobre si el
miembro del gabinete debe salir o retener su empleo.
Según un artículo del diario El Nuevo Herald, Gonzáles y el
dimitente presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, "bien pueden
ser los símbolos de todo lo que anda mal en la política
estadounidense".
"Amiguismo, incompetencia y una descarada falta de responsabilidad
ante el electorado, que clama por un cambio", concluye el rotativo.