El
potencial del sector cooperativo-campesino en la producción de carne
de cerdo aún no está lo suficientemente explotado, consideró Orlando
Lugo Fonte, presidente de la Asociación Nacional de Agricultores
Pequeños (ANAP).
La participación del mencionado sector es cada vez más creciente en
la producción de carne de cerdo, mediante convenios con la contraparte
estatal, la cual suministra una cuota de pienso para que los
productores cosechen la restante y entreguen las cantidades de carne
pactadas en el contrato, con menos gastos de materias primas
importadas.
El sector cooperativo-campesino aportará 80 000 toneladas de las
130 000 planificadas por la Unión de Empresas Porcinas para este año.
Ese programa implica un crecimiento de 40 000 toneladas en relación
con lo producido el año anterior, informó Norberto Espinosa, director
de la Unión en una reunión con los presidentes provinciales de la ANAP.
Lugo opinó que una tonelada de carne de cerdo lograda en el sector
cooperativo cubano cuesta mucho menos que las ofrecidas en el mercado
internacional, posibilidad que no puede pasarse por alto en un país
necesitado de reducir importaciones en alimentos.
Las cuotas de pienso que deben suministrarse por el grupo
empresarial porcino no siempre llegan con la calidad y cantidad
requeridas a los productores, señalaron algunos presidentes
provinciales de la ANAP. Al respecto, Espinosa planteó que eso es
cierto, pero los precios de los cereales importados han subido, como
es el caso del maíz, por su amplia utilización mundial como
biocombustible.
El grupo empresarial mantiene deudas de pienso con los productores
sujetos a contrato y aunque fueron reducidas, aún faltan 4 000
toneladas para eliminar los atrasos.
Sobre la eficiencia de los productores de carne de cerdo, Lugo
refirió que algunos de ellos en solo 120 días logran un animal con un
peso de 100 kilogramos. Con ese tipo de campesinos podremos lograr más
si mejoramos la atención y la dinámica de los contratos, apuntó el
Presidente de la ANAP.
Hubo consenso en ampliar los convenios con los campesinos, pues
contribuye a reducir importaciones. Una parte de ese alimento es
entregado para procesamiento industrial y venta en divisas, mientras
otra es vendida en los mercados agropecuarios, necesitados de mayores
cantidades para rebajar los precios.