Ecuador descartó hoy algún cambio
en las relaciones con Colombia por la dimisión de la canciller de ese
país, Maria Consuelo Araujo, debido a los presuntos nexos de parientes
cercanos con el paramilitarismo.
El vicecanciller ecuatoriano, Rafael Paredes, resaltó que "las
relaciones con Colombia se mantienen en el mismo estado que el
presidente Rafael Correa ha determinado".
Puntualizó que los vínculos bilaterales conciernen a los gobiernos
y los Estados, "de tal manera que no son asuntos que puedan estar
sometidos al movimiento que se produzca dentro de un gabinete".
La renuncia de la ministra se registró tres días después de que la
Corte Suprema de Justicia ordenó la detención de su hermano y senador
Alvaro Araujo, por sus presuntas relaciones con las paramilitares
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) de la Costa Atlántica.
Medios de prensa nacionales señalaron que la canciller se vio
presionada por ese escándalo, el cual involucra también a otro
hermano, su padre y un primo.
Las relaciones entre Quito y Bogotá sufrieron un creciente
deterioro en diciembre pasado con la reanudación de las fumigaciones
aéreas con glifosato en zonas cercanas a la frontera con este país.
Ecuador refuta este riego, pues considera que ese herbicida ingresa
a este territorio arrastrado por el viento y daña la salud de las
personas y destruye los cultivos lícitos.
La ministra ecuatoriana del Exterior, Maria Fernanda Espinosa,
reiteró la semana pasada que este gobierno demandará al vecino ante el
Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, por las afectaciones
causadas por ese químico en la población limítrofe.
Las autoridades colombianas estiman, en cambio, que es inocuo el
glifosato, el cual utiliza para acabar con las plantaciones de hoja de
coca.