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El Comité de Relaciones Exteriores del Senado iniciará este martes
audiencias en pos de la confirmación o no de John Negroponte, como
subsecretario de Estado norteamericano, indicaron hoy fuentes
parlamentarias.
Negroponte, de 67 años, dejó recientemente su cargo de jefe
nacional de inteligencia con 16 agencias bajo su mando, y la meta de
convertirse en el segundo de la secretaria de Estado, Condoleezza
Rice.
En la sociedad política estadounidense la movida del funcionario
generó gran especulación. Algunos analistas consideran que su virtual
degradación es una reprimenda federal porque creó una capa burocrática
en la comunidad de inteligencia.
Empero, otros observadores apuntan que el hecho en realidad
responde a planes oscuros del presidente George W. Bush, que busca
colocar a Negroponte en la línea directa de sucesión de Rice, en el
importante Departamento de Estado.
Básicamente, yo soy un diplomático. Nunca he escapado de esa
vocación, y de alguna manera la he seguido practicando por mucho
tiempo, comentó el oficial gubernamental durante un diálogo con
reporteros la semana pasada.
El hecho es que Negroponte cedió sus funciones de espionaje para
ser el número dos del Departamento de Estado, en reemplazo de Robert
Zoellick, que dimitió en junio pasado para incorporarse al banco
Goldman Sachs.
El puesto que dejó vacante en la dirección nacional de los
servicios de inteligencia será ocupado por el vicealmirante en la
reserva Michael McConnell, informó el gobernante republicano.
Negroponte fue embajador en Honduras entre 1981 y 1985, y
organizaciones civiles en ese país denunciaron que fundó un centro de
detención y torturas en la base militar de El Aguacate, con la
colaboración de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
También se conoce que el colaborador del presidente Bush cooperó
con el entonces jefe del ejército hondureño, general Gustavo Alvarez,
en la consolidación del terrorismo de estado y la desaparición de
centenares de ciudadanos.