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El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, aclaró hoy que las
obras previstas en el Programa de Aceleración de Crecimiento (PAC)
económico están priorizadas porque constituyen demandas históricas del
país.
En una intervención que reinicia el programa de Radio Brasil, "Café
con el presidente", interrumpido desde la campaña electoral, Lula
aseveró que un consejo gestor fiscalizará la ejecución del PAC para
que no se diluya en la demanda diaria de la política brasileña.
Dijo que además de proyectos de infraestructura, una parte de los
casi 504 mil millones de reales (235 mil 514 millones de dólares),
previstos en el programa serán aplicados a las áreas de saneamiento
básico y habitación, que no recibieron inversiones de gobiernos
anteriores.
Añadió Lula que el PAC genera cambios en el área económica que van
a permitir más flexibilidad para las inversiones y mudanzas
legislativas que agilizan las gestiones.
Pero también concentra parte de las inversiones en infraestructura
lo que prioriza el gasoducto, la energía eléctrica, las carreteras,
hidrovías, puertos y aeropuertos y todo eso se revierte también como
beneficio para la población brasileña, agregó.
Recordó que el PAC partió de un estudio profundo realizado durante
meses de trabajo y como demostró la presentación de ese programa
económico fue una cosa extremadamente seria y responsable que responde
a demandas históricas del país, por lo que se siente optimista.
En otra parte de su conversación con el moderador radial Luiz Fara
Monteiro, Lula habló de su reciente participación en el Foro Económico
Mundial de Davos, Suiza.
Dijo que es preciso, este semestre, cerrar un acuerdo con la
Organización Mundial de Comercio (OMC) que permita a los países pobres
tener acceso a los mercados agrícolas de las naciones ricas.
Para el gobernante, la decisión está en las manos de los
presidentes y primeros ministros y no ya en las de los negociadores.
No basta que los países ricos crean que van a ayudar a los pobres
con un poco de dinero. Es mucho mejor que inviertan en proyectos que
ayuden a desarrollar a los países más pobres, insistió.
En ese sentido recordó su propuesta en Davos de que se invierta en
biocombustibles pues a su juicio los programas de producción de
biodiésel y alcohol pueden ayudar a las naciones pobres.
Pero dijo que, para ello, los países ricos deben comenzar a
consumir esos combustibles y si la Humanidad quiere descontaminar al
planeta tiene que utilizar aquellos que provoquen menos polución.