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Mantenidos como vecinos indiferentes durante siglos de dominación
colonial los países del Gran Caribe comienzan hoy a dar pasos
concretos hacia la integración, única vía para enfrentar los retos de
la globalización y el neoliberalismo.
Es un camino repleto de desafíos en una región pluricultural,
multilingüe y multiétnica donde conviven Estados, países y territorios
con diferentes niveles de desarrollo y que, sin embargo, tratan de
construir un futuro común.
Hacia ese propósito van dirigidos los esfuerzos de la Asociación de
Estados del Caribe (AEC), que la semana recién pasada reunió en
Guatemala a cancilleres, vicecancilleres y delegaciones de sus 25
países.
Durante cuatro días los miembros de la AEC examinaron una amplia
agenda donde se incluyeron temas como turismo, comercio, desarrollo
sostenible, transporte intrarregional y cooperación ante desastres
naturales.
Los oradores coincidieron en señalar como uno de los pasos más
relevantes de la organización el documento aprobado en noviembre
pasado por la Asamblea General de la ONU donde se declara al Caribe
como un área especial en el contexto del desarrollo sostenible.
"El Caribe es el patrimonio más importante de los pueblos de la
región", dijo el secretario general de la AEC, Rubén Arturo Silié,
tras recordar que 40 países dependen de él en un mayor o menor grado.
En la cita de Guatemala los participantes aprobaron el reglamento
de la comisión que normará los programas para la preservación y el
desarrollo de esa cuenca.
Otro paso importante fue el anuncio de un futuro acuerdo de
promoción y protección de inversiones en aras de incrementar el
comercio intrarregional, que apenas alcanza un 12 por ciento del
total.
También se avanzó en un posible Tratado de Libre Comercio entre
Centroamérica y la Comunidad del Caribe, el cual será examinado el 22
de febrero por los ministros de Economía y Comercio de ambos bloques.
Los países del área, afectados por desastres naturales como
huracanes, movimientos telúricos y erupciones volcánicas, decidieron,
asimismo, aumentar la coordinación para enfrentar estos fenómenos.
En una región que Silié calificó "de distancias cortas, pero viajes
largos" otro tema prioritario fue el del transporte, y en ese sentido
se avanzó en un acuerdo multilateral para facilitar las operaciones de
las líneas aéreas de los países miembros.
La cita se convirtió, además, en escenario propicio para reuniones
empresariales e intercambios bilaterales, y en el caso del país
anfitrión hubo encuentros con Venezuela donde se puso de manifiesto el
interés de las partes de elevar los vínculos.
Interrogado sobre los resultados de la reunión ministerial, el
viceministro primero de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno
Rodríguez, consideró que la AEC tiene un importante potencial para
desarrollar procesos de cooperación y concertación.
El encuentro en Guatemala confirmó que la integración del Caribe es
una legítima aspiración y un sueño de los países del área, aunque no
esté exenta de tropiezos y necesite, sin embargo, más voluntad
política para concretarla.