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La capital iraquí acentuó hoy su carácter de escenario de guerra,
donde cada acción para eliminar a contrarios es un reflejo de la lucha
que se generaliza contra la ocupación extranjera y sus aliados
locales.
Luego de un tenso fin de semana en la ciudad sureña de Najaf, donde
tropas estadounidenses y locales afirmaron haber matado a unos 300
supuestos insurgentes, Bagdad se despertó este lunes entre
explosiones.
Por lo menos cuatro personas murieron y otras cinco resultaron
heridas cuando dentro de un ómnibus un atacante suicida activó una
bomba que portaba.
El autobús recorría la céntrica calle comercial de Palestina,
ampliaron testigos.
También una decena de ciudadanos pereció hoy como consecuencia de
un ataque con proyectiles de mortero sobre un barrio al sureste de
esta urbe, dijeron fuentes policiales.
Ese bombardeo fue ejecutado contra un barrio de residente de la
comunidad chiíta en la ciudad de Yorf al Sakhar, en la provincia de
Wasit.
Nadie se responsabilizó con este ataque ni con otro lanzado la
víspera contra un centro escolar también en un barrio bagdadí y que
representantes de las Naciones Unidas criticaron con dureza.
Este lunes se notificó que el ministro de Defensa británico, Des
Browne, que visita a Iraq, se entrevistó con el primer ministro, Nuri
al Maliki.
Browne llegó ayer a Bagdad y sólo hoy se informó que se hallaba en
este territorio para examinar con los anfitriones los desafíos de los
próximos meses.
Durante su estancia en este capital, el enviado por Londres también
se entrevistará con el presidente Jalal Talabani.
La visita del funcionario británico se registra tras aumentar en
Londres, al igual que en Washington, las demandas de retirada del
territorio iraquí de las tropas de ocupación.