La descontaminación ambiental
de la bahía de Nipe, en la provincia de Holguín, es uno de los
proyectos más abarcadores de protección de la naturaleza aplicado en
los últimos 10 años en Cuba.
Junto a la recuperación de los ecosistemas costeros de Mayarí,
también en el oriental territorio, integran los dos programas de
higienización del litoral y sus bahías, penínsulas, ensenadas, cayos,
playas, costas acantiladas, arrecifes coralinos y los manglares.
La superficie de esta bahía de bolsa, la mayor del mundo, de unos
200 kilómetros cuadrados tiene un volumen aproximado de mil 700
millones de metros cúbicos de agua y su cuidado y conservación es
significativamente complejo.
Los esfuerzos en esta década propiciaron reducir sustancias nocivas
al ambiente por el intercambio de energías y corrientes de agua y
mareas, y el flujo y reflujo de las bahías de Cajimaya y Arroyo
Blanco, a través del Canal de Cayo Saetía y las de Levisa y Cabonico.
Cualquier efecto que dañe a una de estas repercute en las
restantes, o por lo menos en la más cercana, significa en su más
reciente reporte investigadores de la Academia de Ciencias de Cuba en
Holguín.
Una acción que favorece la mejoría ambiental de este universo
costero lo es la paralización de la Fábrica de Levadura Torula para
alimentación animal y el cierre del central Guatemala, que en tiempos
de zafra vertían diariamente miles de metros cúbicos de residuales.
Investigaciones, estudios y muestreos indican que ha disminuido
también la contaminación de las aguas de la bahía de Nipe por el
estable trabajo de gestión, supervisión y control gubernamental de las
entidades contaminadoras.
De repercusión resultaron también las acciones de la Oficina de
Regulaciones Pesqueras en el control de la pesca y la construcción de
un dique de colas y del sedimentador de residuos de carbón antracita
acometidas por la fábrica de Níquel René Ramos Latour, en Nicaro.
(AIN)