BAGDAD, 19 de agosto
(PL). — Dos policías murieron y otros siete
recibieron lesiones hoy en ataques acreditados a la resistencia a la
ocupación en los territorios del norte y el oeste de Iraq.
Un agente falleció y otro recibió lesiones al ser baleados por un
grupo de insurgentes en la ciudad norteña de Mosul.
Otro policía pereció y uno más fue herido cuando hombres armados
atacaron el puesto de control donde se hallaban en la villa de Faluya,
en la occidental provincia iraquí de Al Anbar.
En Al Huwaiya, unos 200 kilómetros al norte de Bagdad, la explosión
de una bomba en el centro de un mercado cobró la vida de un civil y
dejó a otros cinco con lesiones de alguna gravedad.
También hoy las tropas norteamericanas de ocupación y las fuerzas
de seguridad informaron la detención de tres supuestos dirigentes de
escuadrones de la muerte en esta capital.
El mando militar estadounidense emitió un comunicado sobre los
arrestados, sospechosos de participar en junio pasado en el asesinato
de civiles en un barrio capitalino.
En ese texto se añade que las detenciones se realizaron la víspera
y apenas con resistencia en el barrio Al Rachid.
Medios de la prensa alternativa no descartan que el establecimiento
de escuadrones de la muerte en Iraq pudiera ser una labor de los
servicios secretos de los ocupantes o de países afines.
En múltiples ocasiones entre las secuelas de un atentado se
perciben detalles del trabajo de especialistas, con oficio y con
objetivos a corto y largo plazo muy bien definidos, y que actuaron con
la seguridad de que siempre están a salvo.
Organizaciones humanitarias relacionan al Ministerio del Interior
iraquí con los grupos paramilitares clandestinos, por el nivel de
información de esas formaciones, los uniformes, armas y vehículos
empleados en sus operaciones.
Esa cartera ha respondido en forma poco convincente a las
acusaciones que la relacionan con dichos grupos.
Según analistas, la actitud de no vincularse públicamente con los
escuadrones, mientras prosigue ofreciéndole cobertura, es parte de la
manipulación de la guerra actual para reorientarla hacia un conflicto
total entre las comunidades iraquíes.