TOKIO. — En un
torneo como el Grand Prix de voli, con una eliminatoria en la que
cada equipo juega nueve partidos, no es nada halagüeño comenzar con
dos derrotas consecutivas.
Las cubanas, en su segunda salida, se vieron superadas por
Brasil, actual campeón de estas lides, pero en honor a la verdad,
aunque las sudamericanas mostraron su calidad, las antillanas
volvieron a incurrir en costosos errores, al igual que frente a
Japón.
Se les orienta a las cubanas atacar con el saque, pero resulta
que lo pierden en exceso. Mientras las auriverdes solo
desperdiciaban un servicio como promedio por set, las alumnas de
Luis Felipe Calderón perdían tres, además de cometer demasiadas
faltas en la net y continuar con un recibo bastante impreciso para
desempeñarse con éxito en este nivel del voli.
Sin embargo, mejoró un aspecto del accionar de Cuba, la actuación
de las atacadoras auxiliares. Si en el debut contra las niponas la
dirección del cuadro no tuvo en ninguna de las tres que pasaron por
esa posición a jugadoras consistentes, en el choque con Brasil se
vio bien, anotando más de 10 puntos en cada período, al dúo de Rosir
Calderón y Yaíma Ortiz, mientras Kenia Carcasés permaneció en el
banco.
El resultado 3-1 (25-19, 25-27, 25-20, 25-21) deja constancia de
un equipo cubano que siempre vino de abajo en el marcador. En
ninguno de los sets pudo arrancar en punta, en buena medida por la
pérdida de la concentración de sus figuras. En reiteradas ocasiones,
cuando estaban bastante cerca de empatar el set, 11-12 ó 16-17, como
ocurrió en la segunda y tercera mangas, aparecía el saque perdido o
alguna otra pifia que daba al traste con las intenciones de
emparejar la cuenta.
Así ha jugado Cuba hasta ahora, ayer frente a un Brasil que contó
con sus estelares Jaqeline Carvalho, la capitana Helia Pinto, la
central Sheila Castro y otras que mucho aportaron a la victoria.