Celima Bernal

• No le diga a nadie: espérate, espérese. Es como pedirle que aguarde por sí mismo. Lo correcto es: espera, espere o espérame, espéreme. Tampoco: "Son cinco los que estudiaron"; sino: eran cinco los que estudiaron o son cinco los que estudian. • Mentar viene de mente. ¿Por qué resulta tan poco elegante? Si oímos: Ella lo mentó, mentaba a su hijo constantemente o él te mienta a cada rato, sentimos una especie de desazón. —No nos sucede, sin embargo, cuando se emplea un sinónimo: nombrar, mencionar—. Jamás lo he usado, Dios me ampare. Bueno, pensándolo bien, solo en la expresión: ¡No me la mientes!, en ambiente muy familiar.

 

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