Un cake con 40 velitas

RAFAEL PÉREZ VALDÉS
rafael.p@granma.cip.cu

Cuando uno traspasa su puerta, la cual nos lleva a un enorme salón, sabe de antemano que ha llegado a un lugar lleno de historia, de esfuerzos, sacrificios... Eso pasa al llegar a la escuela Marcelo Salado, que cumple 40 años.

María Isabel en sus tiempos de alumna.

Y mucho más cuando se alcanza el fondo, se dobla hacia la izquierda, y se dirige uno hacia la piscina olímpica, la principal entre las piletas que se encuentran en el centro, en Miramar, muy cercano a la céntrica esquina de Primera y 42.

La actividad central fue en la mañana del viernes. Y se entregaron cinco reconocimientos especiales:

Dos de ellos fueron para Alfonso Aguiar (trabajador de Mantenimiento) y Clotilde Ruiz (de la Cocina), quienes han permanecido laborando allí estos 40 años.

Otro para Alfredo Martínez, entrenador de natación, jubilado, pero que mantiene un fuerte vínculo con la escuela, según nos precisó Luis Padilla, director de Deportes Acuáticos.

Los dos restantes fueron para quienes en aquel momento eran niños estudiantes del lugar y desde entonces se han mantenido allí: María Isabel Ramón D'Mares (ex integrante del equipo nacional, ahora entrenadora de los discapacitados) y Ramón Wimilt (jubilado, quien llegó a ser subdirector técnico).

Hay un programa con otras actividades, por el aniversario, en un momento en el cual la escuela se está recuperando del último huracán, y en el que, por ejemplo, se están pintando los albergues.

Algunos se continuarán preguntando, ante la llegada de cada fenómeno meteorológico, si algún día la escuela deberá estar en otro lugar. O esperan el momento en que se puedan mejorar algunas cosas en la pileta (en estos días con agua caliente). Quizás hasta volver a estar techada, como ocurrió a finales de los ochenta y principios de los noventa, antes de que ello fuera destruido por unos vientos insoportables.

En aquella Marcelo se preparó la base que llevó a medallas como las de oro de "Mayito" González en los Juegos Panamericanos de La Habana'91; o las de plata y bronce de Rodolfo Falcón y Neisser Bent en los Juegos Olímpicos de Atlanta'96 (¿las preseas más increíbles ganadas por Cuba?).

Son cosas en las que es bueno pensar ahora que la Marcelo Salado llega a los 40 años, pensando en nuevos retos...

 

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