Un pensador desprejuiciado y polémico

El ensayista portugués Boaventura de Sousa Santos, jurado del Premio Casa 2006, presentará el lunes, en el Centro Loynaz, su libro Reinventar la democracia, reinventar el Estado

Pedro de la Hoz
pedro.hg@granma.cip.cu

El sociólogo cubano Aurelio Alonso califica el texto con dos incitantes adjetivos: desprejuiciado y polémico. Pero también apunta otra cualidad: el rigor. Tal como es la obra, se pinta el hombre. Boaventura de Sousa Santos (Coimbra, Portugal, 1940) no ha dejado de comprometer profundamente su escritura con un pensamiento transformador, ni la ha divorciado de un activismo social efervescente.

Su actual estancia en Cuba como jurado del Premio Casa de las Américas 2006 será aprovechada por la editorial José Martí para presentar el próximo lunes, a las 6:30 p.m. en el Centro Cultural Dulce María Loynaz (19 y E, Vedado), la versión cubana de ese libro que ha suscitado reacciones encontradas pero estimulantes: Reinventar la democracia, reinventar el Estado (2004).

Alonso, quien prologó esta edición, sitúa a De Sousa "entre los pensadores que en los últimos años han aventurado una reflexión orgánica en torno a los desafíos de nuestro tiempo con una sugerente perspectiva generalizadora en sus evaluaciones y propuestas".

De Sousa analiza escrupulosamente la evolución del reformismo como práctica política en los estados modernos, a partir de la experiencia europea pero tomando en consideración también sus expresiones más universales, y anticipa, como conclusión, la quiebra definitiva de ese concepto durante las dos últimas décadas.

En el curso de su análisis argumenta con pruebas irrefutables la fascistización de los regímenes imperantes, no solo sobre la base de las más claras evidencias (represión, agresión, autoritarismo) sino mediante el develamiento de la implacable dictadura del mercado, del poder financiero y las graves exclusiones que genera.

Aún cuando sea difícil compartir con el autor su manifiesta tendencia a resolver la conflictividad social derivada de la hegemonía capitalista mediante procesos de negociación política y comprensión intelectual, y sobrevalore la capacidad protagónica de lo que llama tercer sector —agrupa al conjunto de organizaciones no gubernamentales, gremiales y comunitarias en una sociedad civil teóricamente homogénea—, resulta de gran interés el énfasis que pone en la necesidad de refundar la democracia.

Su propuesta apunta a "la construcción de un nuevo contrato social, muy distinto al de la modernidad. Debe ser un contrato mucho más inclusivo que abarque ya no solo a los hombres y a los grupos sociales, sino también a la naturaleza. En segundo lugar, será un contrato más conflictivo porque la inclusión debe hacerse siguiendo criterios tanto de igualdad como de diferencia. En tercer lugar, aunque el objetivo final del contrato sea la reconstrucción del espacio-tiempo de la deliberación democrática, este contrato, a diferencia del contrato social moderno, no puede limitarse al espacio-tiempo nacional y estatal: debe incluir los espacios-tiempo local, regional y global".

El pensador portugués levanta los pilares de la cooperación, la solidaridad, la participación, la democracia y la prioridad de la distribución sobre la acumulación en la construcción de ese mundo mejor posible y necesario al que él mismo, con su pródiga participación en el Forum Social Mundial y otros espacios, está aportando un grano de arena.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Deportes | Cultura |
| Cartas | Comentarios | Ciencia y Tecnología | Lapizcopio| Especiales |

SubirSubir