MÉXICO, 28 de octubre (PL).—
Pese a algunos avances logrados por el sector agrícola, las tasas
de pobreza e indigencia rural en Latinoamérica continúan siendo
más altas que las urbanas, constató un informe de la CEPAL
difundido hoy aquí.
En la agricultura regional se
manifiesta una modalidad de desarrollo modernizante, pero con
exclusión, dinamizado por un pequeño grupo de productos vinculados
a mercados de alto crecimiento, señala el documento.
El Panorama 2005. El nuevo patrón
de desarrollo de la agricultura en América Latina y el Caribe
advierte que la población rural en el área ha caído de manera
permanente. Pasó de representar un 42,6 por
ciento del total en 1970, a un 24,2 por ciento en 2001, previéndose
que disminuirá al 20,5 en 2010 y al 18,1 en 2020, precisa.
Según la publicación, actualmente
la ocupación en la agricultura se ubica en torno a los 43 millones
de personas, con una leve tendencia a disminuir a una tasa anual del
0,2 por ciento.
Además, agrega, aproximadamente un
quinto de la población total ocupada en estas labores tiene
residencia urbana, lo que muestra un claro desplazamiento de los
trabajadores agrícolas hacia el área urbana.
El documento señala que el sector
representa alrededor de un 8 por ciento del Producto Interno Bruto
(PIB) de América Latina, donde casi 800 millones de hectáreas se
ocupan en tales actividades.
De esta superficie, el 80 por ciento
está destinada a la ganadería, un 15 por ciento a cultivos
transitorios y el resto a cultivos permanentes.
Considera que esta rama de la
economía ha mostrado un desempeño satisfactorio, en especial a
partir del año 2000, tanto en términos de crecimiento,
productividad e inserción externa, como en los encadenamientos con
el resto de la economía.
Precisa que el proceso de
modernización se ha concentrado en productos de bajo grado de
elaboración, pero de alto contenido tecnológico, como por ejemplo
la soya transgénica.