Salvar a la Tierra
Texto y foto: LOURDES
PÉREZ NAVARRO
Dos entre tantas
noticias. La masa glacial ártica ha perdido en los últimos 30
años el 50% de su consistencia y se prevé que el casquete
desaparecerá en el año 2070. Los suizos han pretendido salvar la
cumbre de un gran glacial en peligro cubriéndolo con una manta de
plástico de 30 000 metros cuadrados.
Vittorio di Cagno insta a movilizar cada recurso financiero y científico para salvar a la Tierra, no para acelerar su destrucción.
El deshielo del grupo de
las 14 montañas más altas del mundo avanza rápidamente; de más
de 8 000 metros de altura en el Tibet, ha descendido a 6 400 metros
sobre el nivel del mar.
Devastadores tsunamis,
deshielos, aumento de los ciclones en el Caribe y Latinoamérica,
incremento de disturbios meteorológicos y ecológicos... ¿Cuáles
serán las consecuencias sobre el clima y la habitabilidad de la
Tierra, sobre el nivel del mar y su tasa de salinidad? ¿Qué nuevo
rumbo tomará la actual Corriente del Golfo, dueña de toda la
circulación de las otras corrientes marinas y atmosféricas?
¿Cuáles serán los efectos para la sobrevivencia de la humanidad?
¿Podría pasarse por
alto todo eso refugiándose con la cabeza bajo la arena?, alerta el
jurista italiano Vittorio di Cagno en su libro La protección del
medio ambiente en Cuba, editado por Ciencias Sociales y presentado
recientemente en el capitalino Palacio de las Convenciones.
Urge convencer a los
hombres, dice el autor, "de la necesidad de elegir, al fin, el rumbo
salvador, de la unión solidaria y el amor martiano retomando su
pensamiento `Con todos y para el bien de todos', abandonando el
camino infernal del imperialismo prepotente, de la ley del más
fuerte, del provecho económico, movilizando cada recurso financiero
y científico para salvar a la Tierra, casa común, y no para
acelerar su destrucción."
Luego de abordar
aspectos relativos a la Ciencia de la Naturaleza y a la evolución
del Derecho Ambiental, Di Cagno reproduce íntegramente tres textos
de vital importancia para el tema.
Uno de ellos, la Carta
Mundial de la Naturaleza, aprobada en 1982 por la Asamblea General
de las Naciones Unidas, insta a los Estados a adoptar las medidas
adecuadas para proteger la naturaleza y promover la cooperación
internacional en esa esfera. El autor cuestiona: ¿Por qué
incontables documentos internacionales del medio ambiente no se
hacen eco de la visión de tan valiosa resolución?
Otro es la Ley 81 de
1997 del Medio Ambiente de la República de Cuba (en inglés y
español), de la que —luego de comentarla—, el jurista italiano
asegura "ser fiel intérprete de la normativa internacional, fruto
tangible y prueba indiscutible de la cultura cubana y martiana en
esta materia, ley modelo que todos los pueblos deben conocer,
estudiar e imitar para el bien de la humanidad y del futuro del
mundo."
En las últimas páginas
Di Cagno incluyó, además, el informe realizado por el Ministerio
de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente el pasado mes de febrero,
que evalúa el impacto de esta legislación.
Tras ocho años de
promulgada —expone el documento—, la ley ha contribuido de forma
eficiente a crear las bases para alcanzar un desarrollo sostenible.
Es "letra viva" y acompaña con eficiencia las transformaciones de
la economía y la sociedad cubanas, a diferencia de lo que ocurre en
muchos países, en particular en las naciones en desarrollo, donde
las estrategias y marcos normativos para el medio ambiente son
básicamente formales.
En este libro el jurista
italiano retoma la exhortación dirigida al mundo por Fidel al
intervenir en la Conferencia de Río: "Hágase más racional la vida
humana. Aplíquese un orden económico internacional justo.
Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido
sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda
externa. Desaparezca el hambre y no el hombre... Cesen los
egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad y el
engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos
haber hecho hace mucho tiempo."
El compendio de doctrina
que estos documentos nos proponen servirá de base para el estudio
del problema más grande que enfrenta la humanidad, subraya Eusebio
Leal Spengler, historiador de la Ciudad de La Habana, en el prólogo
del libro.
Todo parece indicar que,
en su conjunto, los individuos se caracterizan por estar ajenos a
las asechanzas futuras, agrega. Así lo vemos en el retroceso
sistemático de los grandes bosques, el desprendimiento de los
glaciales, la cotidiana extensión de las especies, el
enrarecimiento del aire...Y es que la opción consumista como vía
para alcanzar la felicidad podría conllevar fatalmente a la
evaporación de la vida.
Alerta Di Cagno: No se
trata de difundir terror, sino de combatir cada forma de terrorismo
e inútil violencia destructora. Más vale un exceso de prudencia
que un exceso de superficialidad o inconciencia.
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