WASHINGTON, 18 de enero (PL).
— La designada secretaria de Estado, Condoleezza Rice, defendió
hoy la decisión del presidente George W. Bush de invadir Iraq, pese
al daño causado a las relaciones de Estados Unidos con sus aliados.
Durante el inicio de las audiencias
en el Senado para su confirmación, la funcionaria, hasta hace poco
consejera de Seguridad Nacional, manifestó que las agresiones a
Iraq y Afganistán —en su opinión— eran difíciles, "pero
necesarias y correctas".
En una declaración escrita, Rice
dijo que, de recibir el visto bueno de la Cámara alta, trabajará
con los republicanos y los demócratas del Congreso para buscar un
consenso que respalde la política exterior norteamericana.
Al respecto manifestó que "ha
llegado la hora de la diplomacia", y prometió reparar las
relaciones con algunas naciones aliadas, vínculos que fueron
dañados a raíz de la invasión a Iraq.
En respuesta a una pregunta del
senador demócrata Joe Biden, Rice se negó a admitir que la
Administración Bush falló en sus estimados de preguerra, en cuanto
el número de efectivos que necesitaba para lograr silenciar a la
insurgencia iraquí.
Según la funcionaria, la Casa Blanca
recibió "buenos consejos militares" del jefe del Estado
Mayor Conjunto, general Richard Myers, y del ex jefe del Comando
Central, general (retirado) Tommy Franks, quienes dijeron que las
fuerzas y medios eran suficientes.
En opinión de Rice los recursos
materiales y humanos fueron apropiados para la tarea inicial, que no
tomó en cuenta el meollo del actual problema, que es la resistencia
contra la ocupación.
"Las fuerzas leales a Saddam
Hussein no pelearon contra nosotros en un principio, se replegaron y
cuando emergieron lo hicieron como insurgentes", lo cual
dificulta el accionar de las tropas regulares del Pentágono,
indicó.
Dijo ser partidaria de enfrentar la
resistencia con la movilización política del pueblo iraquí, a
través de la reconstrucción económica y no con el envío de más
soldados estadounidenses.
En este sentido fue cuestionada por
el senador John Kerry (ex candidato presidencial), quien manifestó
que muchos iraquíes se quejan precisamente de la falta de recursos,
que supuestamente deben aflorar en el proceso de reconstrucción.