El Estrecho de la Florida cobra nuevas víctimas

René Castaño

Nuevamente la asesina Ley de Ajuste Cubano desliza su guadaña entre los que emigran por mar ilegalmente. Ella provoca relatos que encogen el alma y desatan la ira de quienes los escuchan. Así lo corroboran los testimonios de Francisco Jesús González Iglesias y Roberto Contreras Samper, devueltos por el Servicio de Guardacostas estadounidense el miércoles 21 de julio junto a otras 18 personas, que zarparon por diferentes lugares del país.

A Francisco lo acompañaban en su travesía 11 balseros más. Solo dos quedaron con vida para contar lo sucedido. Salieron en la noche del 6 de julio por la Playa del Chivo, en La Habana del Este, en una balsa rústica con motor. Mar afuera, el día 12 la nave se partió en dos y el motor se rompió. Seis personas quedaron en cada parte y los ocupantes de una decidieron retornar a la costa en busca de ayuda, pero desaparecieron en el océano.

Días después otros dos individuos que ocupaban la otra parte, repiten el procedimiento en un fragmento de la embarcación y también perecen. De los cuatro restantes dos comienzan a delirar —relata Francisco— a causa del agotamiento, del hambre y la sed (todos llegaron a tomar su orina por varios días), hasta que perecen ahogados al lanzarse al mar.

Francisco y otro balsero fueron rescatados el 17 de julio por el Guardacostas norteamericano. El segundo sobreviviente fue conducido a la Base Naval de Guantánamo, por razones desconocidas, lo que pone de manifiesto el incumplimiento de los acuerdos migratorios entre Cuba y Estados Unidos.

Roberto Contreras, quien formaba parte de otra salida ilegal, viajaba en balsa con siete personas. Cuenta que vio morir a un joven de la balsa anterior, lo ubicó por los gritos de auxilio cuando era atacado por un tiburón, y a otro lo divisó muerto sobre algo que parecía una boya.

Este grupo fue recogido por el mismo Guardacostas que rescató a Francisco.

 

| Portada  | Nacionales | Internacionales | Deportes | Cultura |
| Cartas | Comentarios | Ciencia y Tecnología | Lapizcopio| Especiales |

SubirSubir