WASHINGTON,
4 de agosto (PL). — La petrolera Halliburton y otras empresas
estadounidenses se beneficiaron con contratos valorados en mil 900
millones de dólares provenientes de fondos iraquíes, los cuales
debieron priorizar a compañías del país árabe.
Según revela este miércoles el
diario The Washington Post, las prebendas fueron otorgadas por la
llamada Autoridad Provisional que gobernó Iraq desde iniciada la
ocupación en abril de 2003 hasta el pasado 28 de junio, cuando se
produjo un simbólico traspaso de soberanía.
De acuerdo con el diario, si bien el
congreso norteamericano había aprobado fondos para la denominada
reconstrucción del país del Golfo Pérsico, todo indica que la
atención de las empresas estadounidenses se dirigió al dinero
iraquí, con escasas restricciones y vigilancia menos rigurosa del
congreso y del Departamento del Tesoro.
Documentos consultados por el Post
evidencian que, durante los primeros 14 meses de ocupación, la
Autoridad Provisional dio pocos detalles del uso que le dio a los
fondos iraquíes, incluso ocultó información sobre los negocios
alegando razones de seguridad.
El gobierno interventor afirmó que
había otorgado unos dos mil contratos con dinero iraquí, y que los
mayores beneficios fueron a manos de empresas locales.
Sin embargo, en su investigación el
cotidiano constató que de los 37 mayores contratos —valorados en
cinco millones de dólares o más— , 19 fueron dados a compañías
estadounidenses.
Los consorcios norteños ingresaron a
sus arcas el 85 por ciento de los dos mil 26 millones de dólares,
generados por la economía iraquí en pleno proceso de ocupación
militar extranjera.
Estadísticas a las que tuvo acceso
el matutino demuestran que la Autoridad Provisional violó en
ocasiones sus propias reglas, al decidir el otorgamiento de
contratos en reuniones donde no había quórum, ni estaba la
representación iraquí pertinente.
Kellogg Brown amp; Root Inc.,
subsidiaria en el país árabe de la petrolera Halliburton, se
benefició de mil 66 millones de dólares de las finanzas iraquíes,
utilizados para importar combustible de Kuwait.
En estas operaciones, cuyo derecho se
otorgó sin proceso de licitación, la compañía infló los precios
de los carburantes en 61 millones de dólares, maniobra descubierta
en una auditoría del Pentágono.
Fareed Yaseen, uno de 43 embajadores
recientemente nombrados por el gobierno interino iraquí (articulado
bajo el visto bueno de Estados Unidos), denunció que los fondos de
su país "fueron manejados exclusivamente por los extranjeros,
y que los contratos favorecieron a las compañías
extranjeras".
"No había prácticamente
ninguna voz iraquí en los desembolsos de estos fondos,"
aseguró Yaseen en una entrevista telefónica con el Post desde
Bagdad.
Este martes Comisión de Operaciones
Bursátiles (SEC) informó que Halliburton aceptó pagar siete
millones 500 mil dólares para poner fin a acusaciones de
contabilidad engañosa en la época en la que era dirigida por el
actual vicepresidente estadounidense, Richard Cheney.
De esa forma, la compañía puso fin
a las investigaciones sobre fraudes contables y turbias
declaraciones financieras generados entre 1998 y 1999, cuando era
dirigida por Cheney.
Aunque la pesquisa condujo a
acusaciones judiciales contra un ex ejecutivo de finanzas y un ex
jefe de contabilidad, el vicepresidente norteamericano no fue
acusado.