WASHINGTON, 4 de agosto (PL).—
La Comisión electoral del Condado Miami-Dade exigió hoy a las
autoridades locales una inmediata evaluación del mecanismo
electoral en el sur de Florida, Estados Unidos, donde persiste un
cuestionado sistema de votación electrónica.
La presidenta de la Comisión,
Barbara Carey, orientó al Departamento de Auditorías y la oficina
del Inspector General "realizar inmediatamente una evaluación
completa e independiente del sistema electoral" en el
territorio, escenario del fraude que en los pasados comicios dio la
victoria al presidente George W. Bush.
"Encuentro inaceptable que
nuestra capacidad para llevar a cabo unas elecciones correctas sea
puesta en duda local y nacionalmente", manifestó Carey.
En los comicios del 2000 fue
necesario realizar varios recuentos de votos dadas las imprecisiones
del mecanismo estadístico, según el cual Bush recibió 537 boletas
más que su contrincante, el demócrata Albert Gore, válidos para
ganar los 27 sufragios electorales del estado y con ellos la
Oficina Oval.
Al margen de las fallas numéricas,
organizaciones defensoras de los derechos civiles denunciaron que en
Florida, el gobernador Jeb Bush, hermano del Presidente, hizo los
arreglos correspondientes para que 94 000 personas, en su mayoría
afro-americanas y demócratas, fueran privadas de su derecho al
voto.
Ese contingente, al acudir a las
urnas, se encontró con la sorpresa de que las autoridades los
consideraban criminales y, por ende, no podían tomar parte en la
designación del nuevo mandatario estadounidense.
Luego se comprobó que 91 000 eran
inocentes. De haber votado, aseguran analistas, Gore hubiese
conseguido mucho más de las 537 boletas que tuvo Bush de ventaja.
Tras ese escándalo, el Condado
Miami-Dade adquirió un nuevo sistema de máquinas de votación a un
costo de 24 millones de dólares, pero su fiabilidad sigue siendo
cuestionada.