Preservar el lugar
del hecho
LOURDES PÉREZ
NAVARRO
Despertar y encontrar
desorden en la casa: puertas o ventanas forzadas, gavetas abiertas,
reguero de ropas, ausencia de equipos electrónicos... O ser el
primero en llegar al centro de trabajo y enfrentar similares
circunstancias. ¿Cómo reaccionar ante esto?
Normalmente la víctima
de un hecho delictivo (robo, homicidio o cualquier otro) se altera y
hace cosas que luego interfieren en el trabajo de los
investigadores, explica el teniente coronel Ángel Díaz, de la
Dirección de la Policía Nacional Revolucionaria.
En estos casos,
aconseja, la persona debe calmarse, no penetrar en el lugar ni
buscar qué le sustrajeron, si dejaron algo o cambiaron cosas de su
sitio. Hay que dejarlo todo tal y como se encontró, evitar el
contacto y no permitir que nadie entre.
Si está solo, pedirle a
un vecino o a alguien de su confianza que custodie la entrada, y de
inmediato llamar a la policía, siempre desde un teléfono ubicado
en el exterior. En la capital puede comunicarse con el número 106,
a cualquier hora del día. La llamada será atendida por
especialistas que localizarán al patrullero más cercano al lugar,
el que se presentará lo más rápido posible. Luego acudirá la
guardia operativa con los peritos.
En dependencia del hecho
delictivo pueden acudir, entre otros, biólogos, trazólogos,
forenses, especialistas en dactiloscopía, y llevar la técnica
canina. Es muy importante, además, mantener intacto el lugar del
suceso a fin de posibilitar la labor del fotógrafo.
Hay quien recoge cosas,
ordena y limpia. Lo que hace en ese caso, asegura el especialista,
es retirar una huella dactilar o una hemática (sangre), una
porción de polvo, una fibra de tejido o un aroma.
Hay que tener en cuenta
que cada persona huele de manera diferente. El perito puede, por
ejemplo, extraer una muestra de olor de una silla, guardarla en un
pomo esterilizado y dejar que un perro especialmente entrenado lo
olfatee. Esta técnica se llama odorología y posibilita identificar
al individuo.
El trabajo de los perros
es muy importante. El guía canino establece una relación muy
peculiar con estos animales, pues conoce la forma en que actúan.
Según el delito, en cada ocasión se emplea un can diferente.
Si el lugar se ha
preservado, el perro puede captar un olor determinado y seguir el
rastro. Quizás no llegue hasta el punto donde se encuentre el
delincuente, pero en no pocas ocasiones indica una dirección.
Existen personas que
utilizan diversos ardides para tratar de evadir la acción de la
justicia. Piensan que diseminando ciertas sustancias en el lugar
pueden entorpecer las investigaciones. Sin embargo, el trabajo
combinado de la policía, donde interactúan instructores, peritos y
la técnica investigativa, permite el esclarecimiento del hecho, si
no de momento, sí un tiempo después, como ha sucedido en muchos
casos.
En esto, concluye el
Teniente Coronel, desempeñan un papel fundamental los especialistas
del Laboratorio Central de Criminalística, quienes mediante el
análisis y la investigación determinan si una persona puede o no
ser el autor del delito. Ellos tienen la importante misión de hacer
hablar al lugar del suceso. |