Nuevo hogar materno entre la Sierra y el mar

Orlando Guevara Núñez

Foto: JORGE LUIS GUIBERTGUAMÁ, Santiago de Cuba.— Un hogar materno nutricional quedó inaugurado aquí y alberga ya a 10 futuras madres serranas que reciben la asistencia de un médico obstetra, tres enfermeras y varias visitas semanales de un especialista, con lo cual se asegura una atención permanente a las gestantes.

En total 16 trabajadores de la Salud tienen a su cargo esta hermosa instalación, ubicada en El Cañizo, justamente entre las montañas de la Sierra Maestra y el Mar Caribe, a orillas de la carretera que por la costa Sur une a las provincias de Santiago de Cuba y Granma.

Allí reciben atención las embarazadas con bajo peso corporal, aumento insuficiente de peso o anemia y permanecen internadas hasta dejar atrás estos problemas que influyen en la salud de la gestante y la del futuro bebé.

A lo largo de la costa de este montañoso municipio, antes del triunfo revolucionario de Enero de 1959 surgieron 22 cementerios, denunciantes de un pasado donde la asistencia médica estaba totalmente ausente. Las familias bajaban de las lomas con sus enfermos, en espera de que pasara una goleta y los condujera a Santiago de Cuba para buscar auxilio. Pero muchas veces no lograban que los recogieran y los enfermos morían y eran sepultados a orillas del mar.

Ahora la población de Guamá está totalmente cubierta por el médico y la enfermera de la familia, cuenta con dos hospitales, dos policlínicos, 127 médicos y 150 enfermeras, además de laboratorio clínico, servicio de terapia intensiva, entre otros aseguramientos.

El hogar materno es el tercero de este territorio serrano, pues existen otros dos, anexos a los hospitales de Ocujal del Turquino y Chivirico, este último cabecera municipal.

Misael Enamorado Dager, miembro del Buró Político y primer secretario del Partido en la provincia, destacó en la inauguración de la instalación el esfuerzo del Estado revolucionario para brindar al pueblo un servicio de Salud cada día más eficiente, y se refirió a las difíciles condiciones de vida de los pobladores serranos antes de 1959, lo cual forma parte de un pasado que no podrá volver jamás.

 

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