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Sudcorea pide a sus ciudadanos que no
viajen a Iraq
SEÚL, 19 de junio.— Corea del Sur
pidió hoy a sus ciudadanos que se abstuvieran de viajar a Iraq, un
día después que el gobierno anunció el envío de 3 660
soldados a ese país árabe antes del próximo mes.
Tras la declaración oficial del
despliegue de tropas en la nación del Oriente Medio, no podemos
descartar posibles daños a nuestros ciudadanos, indicó Shin
Bong-kil, vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores, citado por la
agencia de noticias Yonhap.
"Llamamos enérgicamente (al
pueblo) a que no visite Iraq con el propósito de realizar
actividades misioneras, periodísticas o no gubernamentales",
señaló el portavoz, reporta Prensa Latina.
También instó a los ciudadanos
sudcoreanos residentes en territorio iraquí a que abandonaran esa
nación, donde la situación de inseguridad aumenta cada día.
Sin embargo, la víspera, el
Ministerio de Defensa confirmó que la salida de efectivos
sudcoreanos hacia la provincia kurda de Irbil, en el norte de la
nación árabe, comenzará en agosto y se efectuará en tres fases.
Corea del Sur tiene desplegados en
Iraq 600 soldados y con la llegada del nuevo contingente se
convertirá en la tercera fuerza de intervención, después de
Estados Unidos y Gran Bretaña.
El envío de tropas, aplazado en
varias ocasiones por problemas de seguridad, ha desatado fuertes
críticas en amplios sectores de la población, sobre todo, después
de la muerte de dos trabajadores sudcoreanos en territorio iraquí.
El viernes pasado decenas de personas
protestaron contra la decisión de Seúl de enviar tropas a Iraq y
la calificaron de traición y acto criminal contra el pueblo.
ANUNCIA JAPÓN
PARTICIPACIÓN EN CONTINGENTE MILITAR
El primer ministro de Japón,
Junichiro Koizumi, anunció que el ejército de este país
participará en la coalición militar comandada por Estados Unidos
en Iraq, después del 30 de junio próximo, reporta Prensa Latina.
En dicha fecha está prevista la
eventual devolución del poder al recién nombrado gobierno iraquí
estructurado y supervisado por Washington.
Tokio decidió participar en esa
fuerza, integrada por una treintena de países, a pesar de que
analistas políticos acusaron al Primer Ministro de pasar por alto
la tradicional política de consenso en cuestiones militares.
Los partidos opositores criticaron
que la medida no fue sometida al debate en el Parlamento y
advirtieron que ha levantado recelos entre los países asiáticos
vecinos por un posible rearme de Japón.
En ese sentido, la oposición mostró
preocupación por la creciente participación de tropas japonesas en
misiones en el exterior y sostuvo que constituye una violación del
espíritu pacifista de la Constitución.
El artículo IX de la Carta Magna
nacional condena la guerra y prohíbe el uso de la violencia para
resolver conflictos bélicos internacionales, indicó la oposición.
Katsuya Okada, presidente del Partido
Demócrata de Japón, instó nuevamente al gobierno a que retire las
tropas desplegadas en Iraq.
En estos momentos, cerca de 500
soldados nipones permanecen en la sureña ciudad iraquí de Samawah
y una cifra similar de la Fuerza Aérea y Armada, que se encargan de
las tareas logísticas, están acantonados en Kuwait.
Esa decisión generó numerosas
protestas y críticas al gobierno de Koizumi.
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