La salmuera residual de la industria
salinera cubana puede ofrecer importantes beneficios a la economía
y el medio ambiente, en vez de ser un contaminante, según un
estudio realizado en la ciudad de Santiago de Cuba.
El Máster en Química Ángel
Fernández, de la Universidad de Oriente y uno de los autores de la
investigación, explicó la alta agresividad de ese producto, no
apto para el consumo por las concentraciones de sales, el cual se
emplea para curtir pieles y en otros usos de conservación.
Durante el proceso de obtención de
la sal doméstica, que es subvencionado por el Estado por el alto
costo, ese residual va a parar al mar con daños para el ecosistema,
cuando en realidad puede ser fuente de productos químicos de alta
pureza, útiles en las industrias química y farmacéutica.
Entre estos mencionó el sulfato de
magnesio para vendas enyesadas, la deficitaria leche de magnesia,
aprestos para tejidos y en la industria del vidrio.
Además, cloruro de sodio de alta
calidad para producir soluciones parenterales (sueros), el bromo muy
demandado para el tratamiento de piscinas, ambos con altos precios
en el mercado extranjero, y carbonato de calcio para la industria
dentrífica.
El estudio para el aprovechamiento de
ese residual propone un esquema general para la separación por
reacciones de precipitación, cuyo proceso tecnológico debe ser
financiado por una entidad cubana.
En el país existen más de ocho
salinas, la más grande es la de Caimanera, en Guantánamo, con
capacidad para aportar 200 mil toneladas al año, volumen que genera
una salmuera de alrededor de mil metros cúbicos por día.
(AIN)