WASHINGTON, 19 de febrero
(PL).— Los soldados estadounidenses en Iraq
sufren las consecuencias del aventurerismo de Washington, ello
pudiera explicar la alta incidencia de enfermedades mentales entre
los evacuados de ese país árabe, se informó hoy.
Entre el ocho y el 10 por ciento de
los cerca de 12 mil efectivos atendidos en el Centro Médico
regional de Landstuhl, el mayor centro hospitalario de Estados
Unidos en Europa, recibieron atención siquiátrica, informó el
coronel Rhonda Cornum, director de la institución.
Esto significa que alrededor de mil
uniformados resultaron evacuados por problemas mentales. A ello se
une que por lo menos 22 suicidios fueron cometidos por efectivos que
regresaron de Iraq, aunque hay otras muertes bajo investigación.
Un caso que trascendió a la prensa
fue el de un joven militar que escribió a su madre quejándose del
temor a ser blanco de la resistencia iraquí, además de las
difíciles condiciones de vida para las tropas estadounidenses.
Su familia hizo ingentes esfuerzos
por lograr su evacuación, debido al trauma mental que estaba
padeciendo, el cual se expresaba en sus misivas.
Pero en Pentágono desoyó esos
reclamos, confirmados con el suicidio del soldado.
El hospital de Landstuhl recibió a
11 mil 754 soldados, participantes de la llamada cruzada
antiterrorista. De ellos nueve mil 651 proceden de Iraq y el resto
de Afganistán, según datos de admisión obtenidos por la prensa
norteamericana.
Tales cifras excluyen a los militares
que arriban a la institución con heridas físicas y que seguramente
padecen también enfermedades psíquicas, lo que aumentaría las
estadísticas.
Organizaciones de veteranos
consideran preocupante la situación mental de las tropas en Iraq,
lo cual puede ser un indicador de cómo marchan las cosas en este
país ocupado.