KABUL, 19 de febrero (PL).—
La producción ilegal de opio en Afganistán podría extenderse aún
más en 2004, según los resultados de un estudio de la Oficina de
la ONU contra la Droga y el Crimen (ONUDC), dado a conocer hoy
aquí.
El pasado año el país centro
asiático alcanzó las tres mil 600 toneladas de estupefacientes; es
decir, más de las tres cuartas partes de la producción mundial.
De acuerdo con el estudio de la
ONUDC, en el que también participó la Dirección Antinarcóticos
de Afganistán, una cuarta parte de los campesinos estuvieron
involucrados en el sucio negocio y las plantaciones abarcaron el 27
por ciento de las tierras cultivadas.
Para el director ejecutivo de ONUDC,
Antonio María Costa, las principales razones del incremento
desmedido del narcotráfico son la pobreza persistente, la falta de
fuentes alternativas y el elevado precio de la Adormidera, planta de
la cual se extraen la goma de opio y sus derivados, entre ellos la
morfina y la heroína.
En opinión de otros analistas, las
causas también hay que buscarlas en el colapso de la ley y el
orden, producido tras la agresión estadounidense y en la
vinculación en el lucrativo negocio de funcionarios y jefes
militares del gobierno impuesto por los invasores.
Sólo el pasado año la producción y
el tráfico de estupefacientes en Afganistán generaron unos dos mil
300 millones de dólares, lo que equivale a la mitad del Producto
Interno Bruto (PIB) de la nación.
Costa llamó a las autoridades a
tomar medidas enérgicas para eliminar este flagelo, tales como la
asistencia económica para los campesinos, la erradicación de los
cultivos de Adormidera y las acciones contra los traficantes.
"De lo contrario —dijo—
seguirá creciendo la amenaza que la economía del opio representa
para la paz, la estabilidad y la recuperación económica de
Afganistán".