TOKIO, 21 de octubre (PL).—
Tras la reciente visita del presidente norteamericano, George W.
Bush, el Gobierno japonés decidió hoy extender por otros seis
meses una ley antiterrorista que permite a Japón brindar apoyo
logístico a fuerzas aliadas en Afganistán.
Esa decisión se produce poco
después de que el Parlamento de este país prorrogara hasta el 2005
esa polémica legislación, que expiraba el próximo 1ro. de noviembre.
Amparado por esa normativa, creada
luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados
Unidos, Japón envió varios buques de sus fuerzas marítimas al
Océano Índico para apoyar la campaña antiterrorista encabezada por
Washington en ese país centro asiático.
Más de 20 barcos, entre ellos
destructores con avanzados sistemas de guía de misiles Aegis, se
han dedicado desde entonces a suministrar combustible a buques de
Estados Unidos, Alemania, España, Canadá, Gran Bretaña, Francia,
Grecia, Italia, Holanda y Nueva Zelanda.
El jefe de la Casa Blanca realizó
una visita relámpago a Tokio, antes de participar en la cumbre del
Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC), a fin de garantizar el
apoyo de este país asiático en la ocupación de Iraq.
El primer ministro japonés,
Junichiro Koizumi, aliado incondicional de la Casa Blanca, abogó
por mantener esa alianza y en ese sentido destacó que prevé
conceder asistencia humanitaria y participar en las llamadas labores
de reconstrucción.
El Gobierno japonés anunció durante
dicha visita que entregará el próximo año 1 500 millones de
dólares a Iraq, aunque el diario Yomiuri Shimbun afirmó que la
contribución puede incrementarse a 5 000 millones hasta el
2007.
A su vez, el influyente diario Asahi
Shimbun señaló que ahora se pide que Japón no solo aporte
dinero, sino también la sangre de su pueblo.
Después de la aprobación de la
legislación antiterrorista el Jefe del Gobierno nipón disolvió el
Parlamento y convocó a elecciones generales para el 9 de noviembre
próximo.