Casas de Cultura cobijan la calidad de vida

Metodólogos de esas entidades insisten en la preparación artístico-cultural de las grandes masas

Antonio Paneque Brizuela

El principal propósito cultural del país, tras haberse logrado ya que decenas de miles de cubanos a lo largo del territorio nacional sean artistas profesionales y escritores reconocidos —todos con obra creada—, es mejorar la calidad de vida de la totalidad de su población, dentro de lo cual la función docente es esencial para las Casas de Cultura, coincidieron especialistas del sector.

Metodólogos de esas instituciones reunidos en La Habana apreciaron que esa cifra representa "un por ciento altísimo de los habitantes del país", pero coincidieron en que actualmente, a diferencia de épocas anteriores, "no se trata de trabajar para la cantera de formación profesional, sino de preparar al resto de la ciudadanía".

Un centenar de especialistas procedentes de los 15 centros provinciales del Consejo Nacional de Casas de Cultura (CNCC) participantes en el encuentro, recordaron estadísticas de la UNESCO sobre el rendimiento educacional de los niños por encima de países industrializados, y reflexionaron en cómo perfeccionar también los actuales status artístico-culturales de ese y los demás segmentos poblacionales.

Los metodólogos provinciales, junto a colegas y funcionarios nacionales del organismo, reflexionaron sobre nuevos programas del sector para elevar la instrucción cultural de las grandes masas de la Isla a través de un sui géneris y masivo movimiento que comprende a cerca de 2 300 instructores de arte en unas 320 Casas de Cultura, a los que se sumarán otros miles que comenzarán a graduarse dentro de un año y que operarán igualmente en otras escuelas del sistema de enseñanza.

Los debates del encuentro, moderados por Fernando Rojas, presidente del CNCC, pusieron énfasis sobre fallas subsistentes, entre otras en la cuestión metodológica, y respecto a ideas mejor instrumentadas en torno a esa estrategia artístico-cultural cuyos guías metodológicos son estos representantes y cuyo andamiaje artístico-docente tiene como pilar a los mencionados instructores.

Sobre este último aspecto docente-educativo meditó la reunión, sin desconocer el derecho de que los alumnos, los propios instructores, y aún los propios metodólogos puedan obrar y crear como artistas aficionados, lo cual no está excluido en tiempo extra.

 

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