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Aniversario 45 de
la desaparición de Lydia y Clodomira y el asesinato de los
Mártires de Regla
La Sierra chiquita
HÉCTOR RODRÍGUEZ
LLOMPART
"Corre
aquí aire de frutos, aire de buenos, aire de bravos". Se refería
al pueblo de Regla y hablaba José Martí en la noche del 8 de
febrero de 1879 en que inauguraba oficialmente el Liceo Artístico y
Literario de Regla.
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| Clodomira Acosta. |
Lydia Doce. |
Martí no se equivocó,
con su presencia y su verbo sembró ese día la semilla generosa que
convirtió hasta nuestros días al ultramarino pueblo de Regla en
baluarte inexpugnable de la Patria.
Al salir Fidel y sus
compañeros de la cárcel le fue encomendada la tarea de organizar
el Movimiento 26 de Julio en Regla a Fernando Fernández Vázquez,
un luchador portuario destacado en las luchas sindicales.
En la organización del
Movimiento Fernando se auxilió de José Cheo Ferrer, quien por su
cuenta con un grupo de catorce compañeros con creyones, había
convertido en una noche las paredes de las calles de Regla en un
gran mural con la frase "Viva Fidel".
Junto a Cheo Ferrer se
nuclearon Evelio Parera Zulueta y otros destacados luchadores
clandestinos. Muchas fueron las acciones que aquel grupo fundador
realizaría.
Mientras tanto, en el
Liceo de Regla, fundamentalmente con la participación de jóvenes
de filiación comunista, bajo la dirección de Orlando González
Fernández se desarrollaban acciones contra la tiranía, entre ellas
el mural del pintor Orlando Suárez, que se mantiene en sus locales
como símbolo de la rebeldía de aquellos tiempos.
Al decursar el año de
1956 las acciones revolucionarias se intensificaron, en octubre fue
descubierta por la policía la fábrica de granadas que en Regla se
había creado con el concurso del compañero Mario Scott. En la
subplanta eléctrica del Reparto Modelo se ejecutó un sabotaje que
dejó sin fluido eléctrico parte del territorio occidental del
país.
El 2 de noviembre de
1957, en coordinación con Cheo Ferrer, Alberto Álvarez, Reynaldo
Cruz y otros compañeros, intentaron quemar la Junta Electoral. En
la acción resultaron muertos el revolucionario Gerardo Granda
Mijares y un policía y otro herido.
En julio de 1958 Delio
Gómez Ochoa, delegado nacional de Acción, nombró a Alberto
Álvarez, jefe del Movimiento en Regla.
A partir de ese momento
se intensificó a diario el quehacer revolucionario en el pueblo.
El día 11 de septiembre
se ejecutó el ajusticiamiento de un confidente de los cuerpos
policiacos. Este hecho desató una gran represión. Entre los
detenidos estaban Gilberto Soliguera, cuñado de Leonardo Valdés
(Maño) y José Piñón (Popeye).
Ante el interrogatorio
al que fueron sometidos y al ser asesinado Gilberto en presencia de
Popeye, este, desmoralizado, delató el paradero de los compañeros
que ejecutaron el atentado.
Recientemente habían
llegado a La Habana dos mensajeras de la Sierra, primero Lydia Doce
Sánchez y después, el 9 de septiembre, Clodomira Acosta Ferrales.
Anteriormente ambas
habían conocido a los compañeros de Regla. Al tener dificultades
Clodomira para hospedarse, Reynaldo Cruz le ofreció que se quedara
esa noche en la casa de Juanelo. Cuando conoció Lydia que Clodomira
se quedaría allí esa noche, decidió unirse a ella para
acompañarla.
El día 12 de
septiembre, a las cuatro de la madrugada, tocan a la puerta del
apartamento y se oye la voz que dice: "Soy yo, Popeye". Al abrirse
la puerta aprovecharon los esbirros para entrar y sorprender al
grupo que allí dormía.
Después de brutal
golpiza fueron acribillados a balazos Alberto Álvarez, 21 años de
edad; Leonardo Valdés, 23 años; Onelio Dampiel, 22 años y
Reynaldo Cruz, 20 años.
Lydia y Clodomira se
abalanzaron sobre los asesinos, siendo arrastradas fuera del
edificio y posteriormente llevadas a la 11na. Estación de Policía.
En las ropas de Alberto
encontraron una poesía de Raúl Ferrer que en una de sus estrofas
dice:
Mientras me quede una
palabra, una mirada, un gesto
De ninguna manera me voy
a descuidar
Porque quiero caer hacia
mi pueblo,
y no quiero, y no puedo
fallar
En declaración del
asesino cabo Caro en el juicio que se le siguió, antes de ser
ejecutado, dio detalles sobre la muerte de Lydia y Clodomira:
"...del
reparto Juanelo fueron conducidas a la 11na. Estación... el día 13
Ventura las mandó a buscar conmigo y las trasladé a la 9na.
Estación, al bajarlas al sótano que hay allí, Ariel Lima las
empujó y Lydia cayó de bruces, casi no podía levantarse, y
entonces él le dio un palo por la cabeza saltándoseles casi los
ojos al darse contra el contén... la mulatica flaquita se me soltó
y le fue arriba arrancándole la camisa mientras le clavaba las
uñas en el rostro. Traté de quitársela de arriba y se viró
saltando sobre mí en forma de horqueta sobre mi cintura y él tuvo
que quitármela a palos limpios hasta noquearla..."
"...La
más vieja, Lydia, ya no hablaba, solo se quejaba. Estaba muy mal,
toda desmadejada". El 14 por la noche Laurent llamó a Ventura y le
preguntó si ya habían hablado y este le dijo: "Los animales estos
le han pegado tanto para que hablaran que la mayor está sin
conocimiento y la más joven tiene la boca hinchada y rota por los
golpes, solo se le entienden malas palabras". Laurent terminó
solicitando que se las enviara y Ventura se las mandó conmigo "prestadas"
pues eran sus prisioneras, fuimos en el carro de leche (vehículo
utilizado para disimular el traslado de presos o muertos que
guardaban en la 10ma. Estación).
"...después
de fracasar Laurent en sus torturas sin lograr sacarles una palabra
(en la madrugada del 15) ya moribundas las metieron en una lancha,
en la Puntilla, al fondo del Castillo de la Chorrera y en sacos
llenos de piedras las hundían en el agua y las sacaban, hasta que
al fin, al no obtener tampoco resultado alguno, las dejaron caer en
el mar...".
Al referirse a ellas,
Fidel dijo: "Mujeres heroicasÁ Clodomira era una joven humilde, de
una inteligencia y una valentía a toda prueba, junto con Lydia
torturada y asesinada pero sin que revelaran un solo secreto ni
dijeran una sola palabra al enemigo".
El Comandante Guevara
las recordó así: "Sus cuerpos han desaparecido, están durmiendo
su último sueño Lydia y Clodomira, sin duda juntas, como juntas
lucharon en los últimos días de la gran batalla por la libertad".
Fuente: La casa de
Todos, Semillas de Fuego, Libro inédito de Isidro Diez y
Testimonios de combatientes y archivos de Guillermo Díaz Pérez. |