|
¿El año del mango?
Ramón
Barreras Ferrán
CIENFUEGOS.— Los
mangos de este territorio se han hecho famosos no solo por el
tamaño, sino también por el dulzor y la calidad de su pulpa. Pero
el azote de dos huracanes (Lily y Michelle) y la marcada escasez de
recursos del periodo especial, provocaron que esa fruta, a la que
algunos llaman la manzana cubana, prácticamente desapareciera en
esta provincia, fundamentalmente en las plantaciones cercanas a la
costa de Rancho Luna, a unos pocos kilómetros de esta ciudad.
En un encuentro de
trabajo desarrollado hace unos dos años con quienes tienen que ver
directamente con el cultivo de esa fruta en el lugar que los
cienfuegueros conocen por Plan Mango, se definió que el objetivo
principal tenía que ser elevar la producción y convertir a esa
área en un verdadero jardín tropical.
Directivos y
trabajadores de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Frutales,
perteneciente a la Empresa de Cítricos Arimao, exhiben con orgullo
los resultados de la recién finalizada cosecha. Acopiaron 67 045
quintales, cantidad que establece récord productivo y casi triplica
lo recolectado en similar periodo anterior.
En opinión del
ingeniero Osmani Medina, director de la UEB, ese resultado se debe
principalmente a la aplicación de una adecuada tecnología y a la
organización que tuvo la cosecha en todos sus aspectos.
Del total acopiado, el
40% fue destinado al consumo de la población, y del 60 restante una
parte se envió al Combinado de Ceballos, en Ciego de Ávila, para
la elaboración de pulpa con fines exportables, y 20,5 toneladas
fueron embarcadas hacia el exterior.
Entre los propósitos
inmediatos del colectivo se encuentran aminorar lo que técnicamente
se denomina alternancia entre cosechas (diferencia en la producción
entre una y otra, como ocurre en diversos cultivos), a partir de la
aplicación de una tecnología adecuada; incrementar la calidad para
elevar los niveles de exportación y favorecer de ese modo los
ingresos de divisas al país, e incorporar la guayaba como otro
renglón principal. |