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A 45 años del combate de La Federal
En Tana se hizo realidad el sueño de los rebeldes
PASTOR BATISTA
VALDÉS
TANA, Colombia (Las
Tunas).— Cuando ayer, 9 de septiembre, cientos de personas se
congregaron aquí para recordar el aniversario 45 del combate de La
Federal, primero librado en el llano por la Columna número 8,
comandada por Ernesto Che Guevara, los casi 700 pobladores de esta
comunidad rural evocaron nuevamente con regocijo un acontecimiento
histórico que trasciende la geografía local.
Estaba a punto de
clarear aquel día, luego de una fructífera noche de marcha, cuando
una voz interrumpió el avance del "pisicorre" en que se
movía una pequeña fuerza de vanguardia dirigida por el Comandante
Ramiro Valdés Menéndez.
—¡Alto! ¿Quién
vive?
—El 26 de Julio —responde
uno de los rebeldes pensando que se trata de un encuentro con
integrantes de la también guerrillera Columna 2.
Desde el otro lado se
repite dos veces la pregunta, y la respuesta es la misma. Se inicia
el tiroteo. Eran efectivos de la tiranía batistiana apostados en la
zona como medida preventiva.
Junto a Ramiro se lanzan
por la izquierda tres combatientes. Solo uno, Marcos Borrero, lo
hace por la derecha y se parapeta tras un tanque, donde es alcanzado
por el fuego y resulta mortalmente herido.
Situado a unos dos
kilómetros, el Che adopta rápidamente medidas para impedir,
mediante emboscadas, refuerzos del ejército, la fuga del enemigo o
facilitar el repliegue rebelde, en caso necesario.
Al llegar al escenario
de combate los siete soldados y el cabo de la tiranía se han movido
hacia las instalaciones del terrateniente Remigio Fernández, dueño
de unas mil caballerías de tierra en la zona. Cercarlos es lo
táctico para apoyar la acción comando que realizarán Enrique
Acevedo por el fondo, y el capitán Ángel Frías junto a Roberto
Rodríguez (El Vaquerito), por el frente.
En la segunda planta se
desencadena el fuego. Frías se fractura los calcáneos. Acevedo es
herido en ambos brazos. El Vaquerito le ordena salir y, en heroica
actitud, cubre su retirada para luego obligar a rendirse, en medio
del tiroteo, a los tres guardias aún vivos dentro del chalet.
Hasta ese instante el
adversario ha tenido siete bajas (cuatro muertos y tres
prisioneros). Un soldado escapó. Se les capturan ocho fusiles. Por
los rebeldes hay un fallecido (Borrero), dos heridos y un lesionado.
No concluyen ahí las
acciones. Tras sepultar, en horas del mediodía, a los caídos por
ambas partes, los guerrilleros avistan una avioneta. Son alrededor
de las tres de la tarde. El aparato sobrevuela el lugar varias
veces. Desde abajo se abre fuego. Hacia La Federal avanzan refuerzos
del ejército.
Poco después tres
aviones ametrallan la zona. Inseguras por no tener aún allí todo
el refuerzo, las tropas del régimen no atacan a fondo. En las
acciones fallece Dalcio Gutiérrez, otro combatiente invasor, a
pesar del empeño que ponen los doctores Fernández Mell y De la O
para salvarle la vida.
Al caer la tarde la
columna guerrillera parte hacia Laguna Baja. Al contactar con Camilo
Cienfuegos, mediante Ricardo Sánchez Medrano, mayoral que colabora
con los revolucionarios, el Che insiste en enfrentar al adversario.
Camilo lo persuade de lo contrario por considerar más complejo el
combate en el llano. La tropa continúa, indetenible, su avance, aun
cuando desde ese día estará bajo constante persecución del
enemigo.
No faltó, años
después, la visita allí de varios protagonistas de aquel combate:
el propio Ramiro Valdés, los generales Rogelio y Enrique Acevedo
González...
Francisca del Risco,
directora de la sala de Historia de Tana, ubicada en el otrora
chalet de los amos de La Federal, siente el orgullo de conservar
cartas, mapas, fotos, comunicados y otros documentos relacionados
con el paso de la Columna 8 y su primer combate en el llano.
Ancianos como Julio
Rodríguez suelen acudir con frecuencia a ese sitio. Su admiración
no es inferior a la de los niños que entran en la sala para conocer
la historia. Afuera late una realidad bien distinta a la de aquel
año 1958. A Tana llegaron la biblioteca, el consultorio médico, la
escuela, la farmacia. Ahora existen allí barbería, peluquería,
tienda mixta, zapatería, correo. Llegó lo que buscaban a su paso
los rebeldes. Llegó, sencillamente, la obra de la Revolución. |