Centros de buen corazón

En funcionamiento una red de instituciones de Rehabilitación que, mediante el empleo de prótesis, ofrece atención a pacientes con defectos de cara y cráneo

JOSÉ A. DE LA OSA

Caminando por la calle 216, entre 11 y 13, en el Reparto Siboney, al Oeste de La Habana, justamente frente al Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas (CIMEQ), se observa un cartel indicativo que señala la existencia de una institución dedicada a la Rehabilitación con Prótesis de los defectos de cara y cráneo, originados como consecuencia de traumas, o de causa congénita o por alguna enfermedad.

Una de las áreas de consulta 
del centro coordinador de Rehabilitación de la Cara y Prótesis Buco-Maxilofacial, adscrito al CIMEQ.

Inaugurado hace apenas cuatro años con el humano propósito de ofrecer atención a pacientes con defectos oculares, orbitales, nasales, maxilares, mandibulares, craneales, auriculares, e incluso a personas que presenten más de uno de esos defectos, los frutos que ya se cosechan son ciertamente alentadores y reconocidos nacional e internacionalmente.

Insertado en el sistema nacional de salud, que se distingue por la gratuidad de sus servicios y la accesibilidad de todos los ciudadanos necesitados sin excepción, este Centro devino de inmediato coordinador de una red para acercar sus servicios especializados igualmente a las provincias centrales y orientales del país.

Así, estos Centros de Rehabilitación de la Cara y Prótesis Buco-Maxilofacial fueron creados también en Villa Clara y en Santiago de Cuba, adscritos respectivamente a los hospitales clínico-quirúrgicos provinciales Arnaldo Milián Castro y Saturnino Lora, a fin de brindar atención territorial. Y en Ciudad de La Habana funcionan, además de la institución coordinadora, los radicados en el Hospital Militar doctor Luis Díaz Soto (Naval) y en la Facultad de Estomatología Raúl González Sánchez.

Cada uno de los servicios existentes cuenta con locales de consultas (unidades dentales) y de cirugía menor, laboratorio de prótesis, rayos X y esterilización, sala de espera y salón de conferencias, y al encontrarse estrechamente vinculados a institutos, hospitales y centros de investigación, emplean sus potencialidades en recursos humanos y tecnología.

Bastaría señalar que para la atención de estos pacientes se requiere del concurso de equipos multidisciplinarios de alta calificación que integran, en las especialidades estomatológicas, protesistas, cirujanos maxilofaciales, periodontólogos, ortodoncistas; y en las médicas: neurocirujanos, cirujanos plásticos reconstructivos, oncólogos, oftalmólogos, otorrinolaringólogos, anestesistas, psicólogos, logopedas y foniatras, radioterapeutas, licenciados físicos, enfermeras y personal paramédico.

VIAJE A LOS ORÍGENES

Los avances científico-técnicos logrados en cada escalón histórico recorrido, unidos al descubrimiento de nuevos materiales y sustancias, permitieron a la Medicina durante el pasado siglo XX generar avances sin precedentes y realizar prótesis maxilofaciales muy perfeccionadas y estéticas para la reconstrucción del contorno facial.

Ciñéndonos ahora a Cuba, y según los autorizados criterios de los profesores Alfredo (Freddy) Álvarez Rivero, jefe del Programa Nacional de Rehabilitación de la Cara y Prótesis Buco-Maxilofacial, y Arturo Novoa Castro, presidente de la Sociedad Cubana de Prótesis Estomatológica, estos procederes prácticamente no se realizaban en nuestro país antes de 1959, año del triunfo de la Revolución.

De esa época se reportan esfuerzos aislados en Estomatología y en prótesis oculares confeccionadas en servicios de Oftalmología. Pero no fue hasta 1967-68 cuando el profesor Arturo García Mendoza, de la Facultad de Estomatología de la Universidad de La Habana, instaura el primer servicio, luego de cursar estudios en la Universidad de Leipzig, en Alemania, con el auxilio del técnico Mariano Ruedas Osorio.

RED DE REHABILITACIÓN CON PRÓTESIS

Hasta la apertura de la red nacional de Rehabilitación de la Cara y Prótesis Buco-Maxilofacial, apoyada en tecnologías y técnicas de avanzada, las personas requeridas de esos servicios era necesario remitirlas a instituciones especializadas de otros países, con las consiguientes dificultades para pacientes y familiares, sin tomar en cuenta los cuantiosos recursos en divisas que debía erogar el Estado, derivado de los altos costos de esta asistencia en los países más desarrollados.

Desde la creación en 1999 de esta red de centros de Rehabilitación en la Isla, y hasta el pasado 30 de mayo, han sido atendidos más de 3 mil pacientes, con apenas días de nacidos hasta más de 90 años, de los cuales 2 707 fueron dados de alta rehabilitados. El número de consultas médicas brindadas sobrepasan las 17 600.

Habría que consignar que la calificada y abnegada labor de los grupos multidisciplinarios que apoyan a esos centros de Rehabilitación, además de su primordial y logrado objetivo de dotar de mayor calidad de vida a pacientes discapacitados, han permitido hasta ahora un ahorro de casi 30 millones de dólares por concepto de pago en atenciones médicas a otros países, y esencialmente, viene posibilitando la extensión de esos servicios altamente especializados a todos los necesitados, como principio irrenunciable de nuestra sociedad.

En la actualidad se realiza un estudio nacional para conocer con exactitud las reales demandas de estos servicios, a fin de poder establecer con rigor si existe o no la necesidad de crear nuevos centros de Rehabilitación de Prótesis.

CRITERIOS DE CIENTÍFICOS Y PACIENTES

¿Cómo no sentir la necesidad de aunar esfuerzos e inteligencias para incorporar al minusválido a la sociedad?, señaló interrogándome uno de los especialistas de estos centros, que pidió el anonimato "porque somos muchos los que nos encontramos entregados en cuerpo y alma a esta hermosa obra de amores y pasiones a favor de los seres humanos".

Recorrer los centros, conocer la labor de estos verdaderos escultores de la vida, es entrar en contacto, de forma visible, con el infortunio humano, pero también es acercarse a otra noble labor de nuestros trabajadores de la Salud, de alto contenido solidario, cuando uno puede escuchar a una paciente que sufrió la pérdida de su apéndice nasal, ahora rehabilitada y feliz, decir que "los únicos que me besaban cuando estaba enferma eran los trabajadores de esta institución".

O poder sencillamente leer en un mural del Centro coordinador en La Habana, nacido de la admiración de visitantes ilustres por esta humana obra de la Revolución: "Para poner una cara bonita y rehabilitar una bella sonrisa se necesita un buen corazón".

 

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