MADRID, 14 de julio (PL). — La
aparente unidad del gobernante Partido Popular (PP) en torno a José
María Aznar parece hoy resquebrajarse al conocerse de posibles
zancadillas entre algunos de los aspirantes a la sucesión del jefe
del Ejecutivo.
El asunto salió a la luz tras
denunciar públicamente Manuel Cobo, vicealcalde de Madrid, que el
acalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón, estrella emergente
del PP tras su espectacular victoria en las elecciones municipales
de mayo, es víctima de una conspiración.
Considerado la mano derecha de
Gallardón, Cobo fue puesto hoy en evidencia por la revista
Interviú, según la cual, es el apoderado de los negocios
inmobiliarios de su familia, nada menos que en seis empresas
constructoras.
En sus declaraciones el vicealcalde
asegura que no existen irregularidades y que "el objetivo de
algunos dentro del PP es Gallardón", para impedir que gane
terreno en la carrera para la candidatura del partido de gobierno a
las elecciones generales del 2004.
Añadió que "hay
nerviosismo", no solo entre los candidatos, sino en los grupos
de poder que se mueven a su alrededor.
Manuel Cobo ha sido consejero de
Presidencia y de Hacienda en los gobiernos anteriores de Ruiz
Gallardón al frente de la comunidad de Madrid, y es presidente en
funciones.
El propio Ruiz Gallardón, quien
hasta ahora se había mantenido al margen del escándalo de
corrupción que mantiene en vilo el gobierno de la comunidad,
protagonizado por los socialistas pero en el cual están
involucrados miembros del PP, salió en defensa de Cobo.
Durante un recorrido por obras del
metro, aseguró a la prensa que el funcionario mantiene toda su
confianza personal y lo calificó de "un referente de buen
hacer a favor de todos los ciudadanos".
Analistas aseguran que el meteórico
ascenso de Gallardón en numerosas encuestas ha puesto nerviosos a
algunos dirigentes del PP y añaden que las declaraciones de Cobo
son, por lo menos, un síntoma de que hay guerras internas dentro
del Partido Popular.
La polémica no ha sido valorada
hasta ahora por dos de los principales aspirantes a la sucesión de
Aznar, el Ministro de Economía, Rodrigo Rato, según algunos medios
el supuesto autor de la zancadilla, ni el vicepresidente primero
Mariano Rajoy.
En cambio habló otra figura
emergente, Ana Mato, elevada hace una semana a la tercera posición
dentro del partido, quien aseguró que en el PP "se respeta a
Ruiz Gallardón y todo aquel que trate de empañar su figura está
entre los adversarios políticos".
Pero como era de esperar, el Partido
Socialista Obrero Español (PSOE) golpeado duramente por las
divisiones internas sacadas a la luz por el escándalo de
corrupción en la comunidad de Madrid, no demoró en coger el
guante.
Su líder, José Luis Rodríguez
Zapatero, consideró "muy significativo" que un dirigente
del PP tan importante como Cobo, denuncie que informaciones
comprometedoras tengan que ver con la sucesión, lo que pone de
manifiesto el estado real de ese partido y sus divisiones.
Por si fuera poco, hoy la asamblea de
Madrid decidió al fin poner en marcha la comisión que investigará
el escándalo protagonizado por dos diputados socialistas
tránsfugas vinculados a intereses inmobiliarios muy conectados con
el PP.
Mañana la comisión deberá fijar su
calendario y decidir a quienes llamará a declarar, lo que augura
nuevos escollos dentro del complicado caso de corrupción, pues el
PP se niega a que comparezcan algunos de los supuestos implicados
que son militantes ese partido.