A Cuba no se toca

MARÍA JULIA MAYORAL

Foto: AHMED VELÁZQUEZPara la multitud es el führercito, la marioneta. Lo repiten en las consignas, lo ratifican en las pancartas. La actitud fascista y lacayuna del aliado menor del Gobierno imperial yanki no merece otros calificativos, pero para que no quepa duda, pronuncian su nombre: Aznar, el jefe de Gobierno que no debería tener el noble pueblo español.

Con Fidel al frente, el océano humano echa a andar poco después de las 7 y 30 de la mañana de este 12 de junio. Desfilan ante la Embajada de España en La Habana. Durante tres horas, las cercanías de la sede diplomática, próxima al Malecón, son escenario de otra gran jornada de lucha.

Esta vez repudian la reciente declaración de la Unión Europea (UE), cómplice de Estados Unidos en su guerra contra Cuba y condenan, en especial, la actitud de José María Aznar, principal responsable de que la UE no tenga una actitud independiente hacia nuestro país, y se sume abiertamente al ataque imperialista.

En los carteles portados por la gente están las lecciones de la historia y la decisión de seguir siendo un pueblo soberano y socialista. Recuerdan que en 1898 la metrópoli española nos vendió a Estados Unidos y que ahora el führercito vende su país al imperio. Pero la multitud no se confunde, aprecia las diferencias entre malos gobernantes y pueblos, por eso no faltan los vivas al pueblo español, repetidos a cada momento.

Lidio Sotero, residente en San Miguel del Padrón y ocupado en el trabajo de pailería, ha venido a la marcha "porque hay que luchar por la Patria". Para Marlén Tamayo, especialista en museología, la posición de la Unión Europea es sumamente injusta; su condena a nosotros carece de todo fundamento y solo puede entenderse porque le están haciendo el juego a Estados Unidos para tratar de agudizar el bloqueo y cerrarnos los caminos.

Entre los manifestantes hay numerosos jóvenes, incontables estudiantes, vestidos de uniforme escolar. Alejandro Tabares y Roberto Luis Quessel, con 13 y 14 años de edad, respectivamente, forman parte de ese mar de muchachos, presente junto a sus maestros. Alejandro cuestiona cómo es posible que gobiernos europeos, y en particular el encabezado por Aznar, hablen de violaciones de los derechos humanos en Cuba, cuando no tienen ni moral para hacerlo.

Foto: JOSÉ M. CORREAPor eso estar aquí, afirma, es una forma de decir nuestra verdad: los cubanos queremos la paz, les hacemos el bien a muchos pueblos; no provocamos guerras, pero sabremos defendernos. Para su compañero de aula, Quessel, el Gobierno español se ha dejado dominar por Estados Unidos, y parece no saber que con nosotros no va a pasar igual.

En compañía de casi 600 estudiantes y 58 docentes, vino a la marcha la directora Nidia Lescaille Labrada, de La Habana del Este. En mi secundaria, cuenta, todos vimos por televisión las palabras del canciller Felipe Pérez Roque, y conversamos sobre la importancia de participar en esta manifestación, porque la declaración y las medidas punitivas de la Unión Europea constituyen una gran ofensa hacia nuestro pueblo. Nos condenan, asevera, porque construimos la justicia, con independencia y por caminos propios.

Con uniforme de miliciano, olvidándose de sus 86 años, camina Pablo Valdés León. Cuando uno le pregunta el porqué de su atuendo responde rápida y tajantemente: Para que no quede duda, a este país no lo gobernará nadie de afuera, y si es preciso luchar con las armas por mantener la independencia, yo estaré en la pelea.

Foto: AHMED VELÁZQUEZAsí de heterogénea es la multitud. Personas de las más diversas edades, ocupaciones y experiencias vitales se han unido para repudiar a los aliados del imperio. En ese amplio universo tampoco faltan los amigos provenientes de otras partes del mundo, quienes de manera espontánea se sumaron al combate.

Begoña Vesga y Ana Zarobe, turistas vascas, quienes arribaron a La Habana el pasado domingo, decidieron posponer su viaje a la provincia de Cienfuegos. Para estar aquí —afirma Begoña, mientras enseña la pancarta que ha llevado durante la marcha—, pues Aznar también es enemigo del pueblo español, su Gobierno es el más retrógrado de Europa y va a seguir apoyando todo lo que vaya a favor del orden mundial imperialista.

Las voces siguen retumbando frente a la Embajada y el mar de gente parece interminable. Todos mis cálculos resultan pequeños. Aunque en otro punto de la capital cientos de miles de compatriotas escenifican una marcha similar frente a la sede diplomática de Italia, aquí, en las cercanías del Malecón, las horas transcurren sin aminorar el torrente humano que recuerda al führercito y a los otros: ¡Cuidado, a Cuba no se toca! (Más información)

 

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