Muestra rechazo población de EE.UU. a integrar 
reserva del ejército

WASHINGTON, 10 de junio (PL). — Sectores de la población norteamericana se muestran renuentes a ingresar en la Guardia Nacional y la Reserva del ejército, lo que algunos analistas consideran un posible síntoma de rechazo a las últimas campañas bélicas de Estados Unidos.

Según revela hoy el diario USA today, en abril el Pentágono se vio imposibilitado a atraer a las filas de la Guardia Nacional unos 6 000 efectivos, lo cual pone en peligro la aspiración de ese cuerpo armado de contar con 62 000 alistados el próximo 30 de septiembre.

Una situación similar encontraron los reclutadores de la Reserva, quienes en el mismo período no pudieron ingresar 700 personas, cifra que impedirá tener a fines de septiembre los 42 000 miembros estimados para ese cuerpo.

Funcionarios del Departamento de Defensa achacan la falta de motivación de los norteamericanos para alistarse al empleo intensivo que han tenido las fuerzas no permanentes del ejército después del 11 de septiembre del 2001.

En su opinión, las unidades de la Reserva y la Guardia Nacional han sido movilizadas para numerosas misiones, entre ellas la custodia de instalaciones militares norteamericanas en ultramar, el mantenimiento de territorios ocupados en Afganistán y el reabastecimiento aéreo en las operaciones sobre Iraq.

Dos meses después del derrocamiento del gobierno de Saddam Hussein por las tropas invasoras anglonorteamericanas, los soldados no permanentes de las fuerzas armadas de Estados Unidos que cumplían misiones a nivel global ascendían a 215 000, la mayor parte de ellos en ese país árabe.

De acuerdo con el ex secretario del ejército, Tom White, la situación que se observa hoy con los reclutamientos es solo "la punta del iceberg" de un problema que amenaza con hacerse creciente.

Previo a los ataques del 11 de septiembre, durante décadas, los miembros de la Reserva y la Guardia Nacional sabían que entre sus deberes estaban fundamentalmente los entrenamientos un fin de semana al mes y la movilización durante 15 días continuos una vez al año.

En estos momentos, gran parte de la custodia de los aeropuertos y otros objetivos de importancia, así como el cumplimiento de otras misiones de seguridad doméstica recaen sobre esas unidades no permanentes del Pentágono.

Expertos en el tema sostienen que el desenfreno bélico de Washington ha incidido negativamente en las fuerzas de la reserva, obligados a abandonar por prolongados períodos sus funciones en la sociedad para dedicarse a las acciones militares, realidad que hoy es observada por la ciudadanía que se niega a ingresar al ejército.

A fines del 2002, el gobierno del presidente George W. Bush le extendió un año más la movilización a los miembros de la Guardia Nacional y la Reserva que habían sido llamados después de los atentados del 11 de septiembre, dinámica que no se aplicaba desde la guerra de Viet Nam.

 

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