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Isla de la
Juventud
Desarrollar el
termalismo
Diego
Rodríguez Molina
NUEVA GERONA.— Cuba no
solo amplía el uso de los recursos minero-medicinales con fines
terapéuticos y cosméticos, sino que continúa la búsqueda,
prospección y conservación de esas fuentes naturales.
Así trascendió en el
Taller Nacional de Termalismo Jesús Montané Oropesa, que en
recordación a uno de sus principales impulsores y con sede en la
Isla de la Juventud, reunió a ingenieros, geólogos, arquitectos,
químicos, médicos y otros especialistas.
El evento, organizado
por la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la
Construcción de Cuba (UNAICC), se pronunció por estrechar la
cooperación, generalizar las mejores experiencias para mantener las
fuentes en buenas condiciones higiénico-epidemiológicas y
diversificar las líneas de termalismo, como el uso de las aguas y
los fangos minero-medicinales, junto con el aprovechamiento del sol,
agua de mar y el clima.
Sin este alto nivel de
integración multidisciplinaria y científica de los profesionales
cubanos, aseguró la doctora Nelsa María Moya Botino, especialista
del Centro Nacional de Termalismo Víctor Santamaría, el país no
hubiera podido alcanzar los actuales resultados, entre los cuales
destacó la extensión del uso de los fangos con propiedades
curativas y estéticas hasta el nivel primario de salud y los
médicos de la familia, y la modernización y creación en casi
todas las provincias de nuevos balnearios e instalaciones para
tratar por estas vías variadas enfermedades, desde dermatológicas,
digestivas y respiratorias, hasta las renales, osteomioarticulares y
cardiovasculares.
En el encuentro fueron
presentadas ponencias relacionadas con la metodología para el
aprovechamiento de fangos minero-medicinales en Villa Clara,
investigaciones hidrogeológicas en Las Tunas, protección sanitaria
de fuentes termales, y el aseguramiento geodésico cartográfico en
la búsqueda y exploración. |