PARÍS, 2 de junio (PL). — Las
huelgas de controladores aéreos y transportistas opuestos a las
reformas gubernamentales a las pensiones detuvieron hoy
prácticamente la vida pública en Francia y Austria.
Debido a la protesta, en la capital
francesa se canceló el 80 por ciento de los despegues o aterrizajes
de aeronaves, a lo que se sumó la suspensión de los viajes en tren
de recorrido interno.
Otro tanto sucedió en Austria, que
este martes amaneció estática como consecuencia del abandono de
sus puestos de labor de empleados en el transporte público.
En Viena los tranvías, trenes y
metros dejaron de circular y las calles permanecieron vacías,
mientras medios de informativos locales reflejaron el cierre
temporal de escuelas y guarderías.
Tras una semana de huelgas convocadas
por sindicatos de educadores y transportistas, fundamentalmente,
París inscribe hoy una nueva jornada de condena a la supresión de
puestos de trabajo, anunciada por el gobierno, entre otras medidas.
Estas protestas contra la política
del primer ministro galo, Jean-Pierre Raffarin, son las más
numerosas que se recuerdan en Francia en los últimos años.
El proyecto contempla elevar
paulatinamente el período de cotizaciones que da derecho a una
pensión completa a los 42 años para el 2020, en lugar de los 40
años actuales para los asalariados del sector privado, y los 37,5
de los empleados públicos.
Las principales fuerzas políticas de
izquierda consideran que el proyecto de reformas representa un
retroceso en los logros sociales alcanzados por los trabajadores
franceses mediante años de lucha.
A la ola de protestas que baña el
Viejo Continente, se unió hoy el paro de la línea aérea italiana
Alitalia, que canceló 285 vuelos, debido a una huelga de cuatro
horas en protesta por la decisión de la empresa de reducir azafatas
y otros tripulantes.
Por su parte, la compañía aérea
alemana Lufthansa anuló 97 de sus 138 vuelos de y hacia París,
mientras que la británica British Airways suspendió 90 de un total
de 120 desplazamientos de sus aeronaves.
Este martes también se vio afectado
el tráfico sobre el Canal de la Mancha hacia Gran Bretaña, debido
a las manifestaciones de rechazo al trabajo por parte de empleados
del lado francés.