Discapacitados auditivos
A las puertas del mundo oyente
El sistema nacional
de Salud ha extendido a todo el país la atención, desde edades
tempranas, de personas que padecen trastornos en la audición
LOURDES PÉREZ
NAVARRO
Valiéndose de la
intranquilidad propia de sus 6 años, Osiel recorría cada espacio
de la sala de espera del Centro Auditivo de Ciudad de La Habana.
Luego, con igual espontaneidad se sentó a hojear un libro.
Doctora Maribel Ponce de León, directora
del Centro Auditivo de Ciudad de La Habana.
Su mamá aprovechó para
que leyera algo, y su voz infantil moduló con dificultad algunas
frases. Todos los que le escuchaban sonrieron; esas palabras eran
frutos que nacían del enfrentamiento a una discapacidad: Osiel es
un niño sordo.
"Padece
una hipoacusia bilateral severa —afirma Elda Rodríguez, su mamá,
quien lo trae a la consulta desde el pinareño municipio de
Consolación del Sur—, pero tenemos esperanzas de que mejore con
un implante coclear. Temía someterlo a una operación, pero me
motivó ver algo que yo no creía posible: un niño sordo que habla
normalmente como si fuera oyente."
Hasta el momento en Cuba
han sido implantados 19 pacientes, de ellos 12 son menores de edad
que han tenido una rehabilitación satisfactoria, y actualmente
estudian en centros de educación general.
Estas personas siguen
siendo sordas —explica a Granma la doctora Maribel
Ponce de León, directora del Centro Auditivo de Ciudad de La Habana
y jefa del Grupo Nacional de Audiología del Ministerio de Salud
Pública—, pero portan una tecnología especial que mejora su
calidad de vida, desarrolla el lenguaje y la audición, y les
permite desempeñarse en un ámbito parlante.
Pese a las limitaciones
económicas, nuestro país desarrolla un programa de implante
coclear que consiste en una ayuda técnica para sordos profundos que
no reciben beneficios con las prótesis convencionales (también
conocidas como audífonos). Con esta técnica se envían las
señales eléctricas directamente al nervio auditivo, y para ello
algunos componentes son colocados mediante un procedimiento
quirúrgico dentro del oído interno, en una zona denominada cóclea
que tiene la forma de un caracol. Los componentes externos del
sistema son de apariencia similar a un audífono convencional de
bolsillo.
Los mejores candidatos
para el implante, afirma la especialista, son los niños pequeños y
aquellas personas que siendo oyentes pierden la audición, pero ya
tienen desarrollado el lenguaje y creada una memoria auditiva. La
experiencia también muestra muy buenos resultados en los sordos
ciegos, pues sufren una profunda privación sensorial y al
proporcionarles un canal de información el organismo es capaz de
asimilarlo con eficacia. Después de la implantación los pacientes
reciben entrenamiento, y un proceso de rehabilitación les ayuda a
alcanzar un desarrollo del lenguaje similar al del oyente, siempre
con el apoyo de los familiares y amigos.
El sistema nacional de
Salud ha extendido a todo el país la atención a los discapacitados
auditivos. En las cabeceras de provincias y en el municipio especial
de la Isla de la Juventud existe una consulta de audiología, y
también en ellas, con excepción de La Habana, hay un Centro
Auditivo.
El programa cubano,
informa Ponce de León, se caracteriza por ser multidisciplinario, y
trabaja en coordinación con el sistema de Educación Especial. Cada
consulta de Audiología está atendida por médicos especialistas en
Otorrinolaringología, Medicina General Integral, Pediatría,
Logopedia y Foniatría, entre otras disciplinas.
DIAGNÓSTICO TEMPRANO
Desde finales de 1983,
explica la directora, empezamos a desarrollar un programa de
pesquisaje de pérdidas auditivas con la idea de realizar un
diagnóstico temprano aprovechando el llamado periodo privilegiado
para la adquisición del lenguaje que abarca los tres primeros años
de la vida.
El pesquisaje, agrega,
está estructurado en dos fases: identificación de factores de
riesgo (trastornos genéticos y sordera hereditaria, entre otros), y
diagnóstico y caracterización. Comenzamos por los hospitales
maternos de Ciudad de La Habana y luego incorporamos las terapias
intensivas. A partir de los tres meses de nacidos, a los niños se
les hacen las primeras pruebas, lo cual constituye un progreso
destacable.
El programa, afirma la
doctora, funciona con buenos resultados. A esto ha contribuido la
creación por el Centro de Neurociencias de Cuba de un equipo
denominado Neurónica dirigido al registro de trastornos
auditivos, el cual permitió abaratar los costos. Además, nuestro
país tiene el privilegio de haber creado el Audix, primer equipo
comercial que permite explorar la audición por frecuencias. |