GINEBRA, 13 de mayo (PL).— La
concertación entre la OMC e instituciones financieras
multilaterales se enfrenta hoy con el rechazo de varias
Organizaciones no Gubernamentales (ONG), contrarias a la
globalización neoliberal.
De manera conjunta, el "Center
of Concern", de Estados Unidos, junto a la Red Internacional
del Género y el Comercio y el Instituto para la Política Agrícola
y Comercial (ambas de Ginebra) criticaron las presiones de esas
entidades sobre las naciones en desarrollo, en detrimento de un
crecimiento sostenible.
En un comunicado emitido este martes,
las ONG denunciaron las imposiciones a esos países de la
privatización de los servicios, la liberalización de los flujos
comerciales y una severa austeridad presupuestaria, medidas que en
la práctica amplían la brecha entre ricos y pobres.
Las condiciones fijadas por el Banco
Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la concesión
de nuevos préstamos, señalaron las instituciones, provocaron una
reducción de las barreras comerciales en las naciones en
desarrollo, unido a la eliminación de programas oficiales de ayuda
a la agricultura.
En contraste, las regulaciones
agrícolas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) otorgan el
visto bueno a las potencias industrializadas para colocar sus
producciones de ese sector en el mercado, lo cual lleva a los
países menos favorecidos a competir en condiciones desventajosas.
Asimismo, los organismos financieros
multilaterales subordinan en ocasiones el otorgamiento de créditos
a la privatización de los servicios públicos, con la consiguiente
imposición de tarifas que los más pobres se ven imposibilitados de
pagar.
Las más recientes propuestas de la
Unión Europea, Japón y Australia antela OMC apuntan a la
flexibilización de las normativas para los servicios financieros e
inversiones, con una mayor vulnerabilidad del mundo en desarrollo a
la acción de los grandes consorcios extranjeros.
La divulgación del documento
coincide con la reunión que sostendrán este martes el titular de
la OMC, Supachai Panitchpadki, el presidente del Banco Mundial,
James Wolfensohn, y el director ejecutivo del FMI, Horst Koehler.