MADRID, 13 de mayo (PL).— A pesar
de su protagonismo en el respaldo a la invasión a Iraq, las
autoridades españolas tendrán que conformarse con la peor parte
del territorio iraquí para el despliegue de sus soldados como
"potencia ocupante".
El diario El País informa hoy que,
como estaba previsto, los 1 500 soldados españoles serán
desplegados en la zona controlada por Gran Bretaña.
Sin embargo, a pesar de sus estrechos
vínculos, Londres ofreció a Madrid la provincia de Al Muthanna,
fronteriza con Arabia Saudita, la segunda mayor de Iraq, pero
también la más despoblada y donde prácticamente sólo hay arena.
España quería ubicar a sus hombres
desde el puerto de Um Qasr hasta la ciudad de Nasiriya, zona donde,
además de la conexión con el mar, se encuentran importantes
yacimientos de petróleo que se disputan la empresa italiana ENI y
la española Repsol-YPF.
Sin embargo, según informa El País,
ya las autoridades de Londres y Roma llegaron a un acuerdo para
ubicar en esa área a la brigada italiana, compuesta por 2 000
militares.
El asunto de la presencia española
en Iraq puede continuar dando dolores de cabeza al gobierno que
preside José María Aznar, pues el mismo diario señala hoy en un
editorial que convertir a España en potencia ocupante es un
"despropósito histórico".
Puntualiza que de no haber una
resolución de la ONU que la ampare, el envío de soldados
españoles a Iraq supone la implicación directa del país en una
ocupación militar al margen de la legalidad internacional.
Asimismo, advierte de las
consecuencias diplomáticas de esa actuación y recuerda que en vez
de aprovechar su membresía no permanente en el Consejo de Seguridad
para tejer nuevas alianzas y reforzar las existentes, el gobierno
español se ha convertido "en un instrumento directo" de
Estados Unidos.