MADRID, 2 de mayo (PL). — A todo
tren marchan en esta capital los preparativos para los actos
públicos en los cuales intervendrá Juan Pablo II durante la visita
de apenas 30 horas que realizará este fin de semana a España.
En la céntrica Plaza de Colón, centenares de operarios laboran jornadas
de 12 y 14 horas para levantar
las tribunas y demás instalaciones que acogerán a más de un
millón de personas el domingo en la actividad central de la visita,
la canonización de cinco beatos.
Ello incluye una rampa y un ascensor
por donde debe subir el papa móvil para dejar al Pontífice en la
tribuna especialmente preparada para él en medio de la plaza, un
gran palco, donde estarán la familia real y el gobierno en pleno,
así como personalidades políticas y de la jerarquía
eclesiástica.
La parafernalia también incluye
varias pantallas gigantes a través de las cuales la mayoría de los
asistentes tendrán que conformarse con ver al Papa, equipos de
sonido con más potencia que los empleados en un megaconcierto y
grandes paneles de unos 10 pisos de altura con las fotos de los
cinco beatos.
A toda marcha también van los
preparativos en el aeródromo de Cuatrocientos, en las afueras de
esta capital, donde Juan Pablo II tendrá un encuentro con centenares
de miles de jóvenes, aunque solo 30 000 podrán verlo
cómodamente sentados, previo pago de unos 30 euros por silla.
Juan Pablo llegará a Madrid este
sábado por la mañana y será recibido en el aeropuerto de Barajas
por los reyes Juan Carlos y Sofía, y el presidente del gobierno,
José María Aznar.
Allí Juan Carlos I pronunciará un
discurso de bienvenida y el Pontífice dirigirá sus primera
palabras a los españoles, en la que constituye su quinta visita a
este país.
Seguidamente recorrerá a bordo del
papamóvil algunas de las principales calles de Madrid hasta la sede
de la Nunciatura, donde residirá durante su estancia aquí.
El motivo central de la visita es la
canonización de tres mujeres y dos hombres que engrosarán la lista
de 260 españoles a los cuales Juan Pablo II ha llevado a los
altares en los últimos cinco años.
Ellos son Genoveva Torres, fundadora
de las Hermanas Angélicas y que centró sus esfuerzos en dar amparo
a mujeres solas, Sor Ángela de la Cruz, quien fundó la
congregación de Hermanas de la Cruz y sobresalió por su
dedicación a pobres y enfermos, y Maravilla de Jesús, de las
Carmelitas Descalzas.
Los hombres son el jesuita José
María Rubio, que también realizó una labor humanitaria en los
barrios más desfavorecidos de Madrid, y el sacerdote Pedro Pobeda,
considerado mártir de la Guerra Civil y fundador de los Teresianos.