Contra los que pretenden hacer de la traición a la Patria
un modo de vida
RONAL SUÁREZ RAMOS
PINAR DEL RÍO.— "Nos
encontramos aquí para denunciar una vez más el actuar cínico,
anexionista, entreguista, mercenario de los enemigos de la
Revolución, personas que han hecho de la traición a la Patria un
modo de vida, una forma de lucrar con los principios y la integridad
de nuestro pueblo."
Frente a su casa,
Pedro Serrano recibe el reconocimiento de los vecinos.
Fueron las primeras
palabras de Pedro Serrano Urra, el agente Saúl para los Órganos de
la Seguridad del Estado, durante el acto celebrado en el CDR número
ocho de la zona 115 de la capital pinareña, para develar la
verdadera identidad de un hombre que, como él mismo dijo, tuvo "el
privilegio de servir a la Revolución combatiendo al enemigo desde
sus entrañas".
Serrano Urra, licenciado
en Derecho, había permanecido durante más de dos años infiltrado
entre los grupúsculos locales al servicio del imperialismo, hasta
que el pasado día 3 compareció como testigo ante el Tribunal
Popular Provincial, donde se efectuaba la vista oral y pública de
la causa Número Dos del 2003, para juzgar las actividades de cuatro
connotados contrarrevolucionarios.
Minutos antes de que el
barrio le patentizara la más profunda admiración, y el coordinador
provincial de los CDR colocara en su pecho el Sello de la Vigilancia
y la Combatividad Revolucionaria, conversó con el reportero de Granma,
en su modesto hogar marcado con el 142 de la avenida Rafael Ferro.
"Yo
me vinculo con estos grupos a raíz de que salgo del Bufete
Colectivo —donde hasta entonces trabajaba— por problemas
administrativos. Se me acercan para ver si estaba de acuerdo en
denunciar mi caso en el exterior, con los medios que poseían, con
el objetivo de denigrar a la Revolución.
"Desde
entonces paso a formar parte de la contrarrevolución en Pinar del
Río e integro el llamado Consejo Unitario de Trabajadores de Cuba,
más bien una fachada, pues mi verdadero rol era el de servir de
abogado de los distintos grupúsculos contrarrevolucionarios.
"No
quise integrarme a ninguno de los tantos partidos existentes, pues
el material humano con que cuentan es tan indeseable, que convivir
con ellos se me hacía moralmente muy difícil; las únicas
pretensiones de esa gente son visas USA y dólares," expresa el
agente Saúl, un hombre de mediana estatura y hablar mesurado, que
ya cumplió los 41 años de edad.
"En
ese tiempo participé en las más connotadas actividades, entre las
que se destacan las del llamado Centro de Estudios para una Opción
Nacional (CEON), cuyo objetivo es la formación y orientación hacia
el liderazgo de la sociedad civil, ahora y en lo que ellos denominan
el período posrevolucionario. Para ello cuentan con el apoyo
financiero y material de las organizaciones contrarrevolucionarias
radicadas en Estados Unidos.
"Estuve
en recepciones como la brindada a Víctor Vockeroff, alto
funcionario de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba;
aunque no participé, conocí de la reunión que hubo en casa de uno
de los principales jefes contrarrevolucionarios con la ex jefa de la
SINA, Vicky Hudleston, quien trajo los conocidos radios y otros
medios, y también en el mismo lugar me encontraba entre los
reunidos con el señor James Cason, el pasado 4 de marzo.
"Puedo
asegurar que todas las actividades de esos grupos están encaminadas
a la desestabilización y destrucción de nuestro sistema social, y
que sus cabecillas son financiados por organizaciones
contrarrevolucionarias en el exterior, a partir de los fondos
destinados para ello por el Gobierno de los Estados Unidos."
¿Qué ha significado
para ti esta experiencia?, le pregunto apremiado por la presencia de
decenas de personas que esperan ansiosas por testimoniarle su
reconocimiento al héroe anónimo.
Y sin pensarlo dos
veces, como quien ya ha meditado sobre ese capítulo de su vida,
concluye: "La reafirmación de mis convicciones y principios, una
escuela, porque pude conocer desde su seno las motivaciones de estos
grupúsculos que tratan de erigirse como paladines de una genuina
democracia, y que es totalmente falsa, sin un sostén razonable ni
un verdadero sentimiento patriótico. No les interesa el pueblo, ni
la sociedad, solo vivir de eso, hacer de la contrarrevolución un
negocio". (Más información) |