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29/09/2002
Portada de hoy

La otra crecida de Mantua

FÉLIX LÓPEZ
Fotos: RICARDO LÓPEZ HEVIA

A Mantua, casi al final de esta Isla, puede que un huracán le arranque parte de sus árboles, tumbe los postes de la red eléctrica, desborde su río y le destruya algunos techos de viviendas... Pero lo que no puede borrarle con facilidad es la humildad y el espíritu luchador de su pueblo, porque esos atributos tienen allí raíces ancestrales.

Arroyos de Mantua vuelve 
a ser un pueblo limpio.

Para llegar a ese municipio, uno de los más occidentales del país, no basta con recorrer los casi 250 kilómetros que lo separan de la Ciudad de La Habana. Se precisa tener una sensibilidad a prueba de balas y los ojos bien abiertos para atrapar de golpe todo lo que su gente es capaz de hacer con pocos recursos, y la capacidad que han desarrollado para vivir a su manera —felices—, aún en medio de duras privaciones.

Mantua es uno de los tres municipios que recibió el paso inoportuno de Isidore. Desde entonces anda a oscuras; con unos pocos teléfonos, que utilizando transmisión vía satélite, permiten resolver las comunicaciones más estratégicas; y repartiendo entre su gente —con la equidad que nos enseñó la Revolución— alimentos y otras cosas esenciales para la subsistencia. Así la encontró Granma una semana después del huracán. De vuelta a la pelea...

EL CORAZÓN DE ARROYOS

Más allá de la cabecera municipal, 13 kilómetros en dirección a la costa, está Arroyos de Mantua. Ese Consejo Popular, con cerca de 4 000 habitantes, depende por entero de la pesca. Y el huracán, aseguran algunos, quiso dejarlos sin empleo.

En la Unidad Empresarial de Base Pesca Arroyos, de ganado prestigio en el territorio, hay un terremoto de hombres curtidos por el sol, pero haciendo faenas a las que no están acostumbrados. Mientras algunos ayudan a terminar la instalación de una planta eléctrica, la mayoría trabaja en la recuperación de la fábrica de hielo, que fue la instalación más afectada. Por ella los barcos y los hombres siguen varados.

Los hombres de la pesca en
Arroyos de Mantua alistan la
planta de hielo para que los
langosteros vuelvan a zarpar.

Jesús Llambia Cala, el jefe de producción, explica que los vientos destruyeron los techos y los paneles ligeros de la moderna instalación. La habían estrenado hacía solo 15 días, después de invertir en ella 
93 000 dólares: "Ha sido un golpe duro, pero ya el techo lo acabamos de poner y solo falta tener electricidad para probar los equipos. Los barcos están listos, tenemos el combustible necesario y los pescadores esperan deseosos su regreso al mar".

El poblado, que es como una extensión de su puerto pesquero, también se recupera de los daños. Rodolfo Alvarez Gavilán, delegado de la Circunscripción 7, en el Consejo Popular Arroyos, anda feliz por Domingo Mons, la calle principal, que vuelve a quedar limpia de escombros, mientras los vecinos retocan fachadas y jardines. En esa tarea, dice Gavilán, no hemos dejado solos a los trabajadores de Comunales. La limpieza, asegura, nos beneficia a todos.

LO QUE PUEDE LA INFORMACIÓN

Cada mañana una avioneta deja caer la prensa sobre el estadio de pelota. Parece ser la única fuente de información en un municipio que desde hace una semana no tiene acceso a la radio y la televisión. Pero no es así. Además de El Guerrillero, que ha vuelto a salir diario en medio de la contingencia, se han buscado fórmulas para llegar con las noticias a todo Mantua.

Brigadas de linieros de La
 Habana ya restablecen el servicio
 eléctrico entre Guane y Mantua.

Al entrar la noche, se instalan televisores en todos los lugares que cuentan con grupos electrógenos. La Tienda de Recaudación de Divisas (TRD) presta la corriente de su planta a una Radio Base que informa cada paso de la recuperación, y un autoparlante recorre desde el viernes anterior las calles, acercando a la población una síntesis de las noticias más importantes que transmite el Noticiero Nacional de la Televisión.

Paula Marín —a la que estos reporteros encontraron en la cola de la bodega— asegura que Mantua es un pueblo informado a pesar del apagón: "Sabemos en detalle los productos adicionales que recibiremos con el suplemento alimentario y nos explican qué recursos están llegando para los damnificados y el uso que se les da en cada lugar. La gente sabe, además, que demorará en restablecerse el servicio telefónico, pero que en menos de tres meses se tenderá la fibra óptica y se instalará una central digital".

Para Reinerio Meléndez, representante del CITMA en el municipio, el paso de Isidore también despertó un viejo sueño: "La vida nos sigue demostrando que tenemos que recuperar la estación meteorológica que alguna vez existió en Mantua. Eso es importante para nuestra seguridad y de gran utilidad para el país. Por aquí, para poner otro motivo, entran los frentes fríos al país... Eso llevaría dos técnicos y algunos equipos, pero su utilidad, lo aseguro, no tiene precio".

LOS DUROS DE MANTUA

A las 6 de la mañana, cuando todavía no ha salido el sol, ya Luis Soto, el jefe de la Brigada 8 de la Empresa Forestal, anda con sus hombres por las cunetas de la carretera que conduce a Guane. Los delata el ruido de las motosierras que seccionan árboles caídos y los postes del tendido eléctrico tumbados por los vientos.

"No tenemos mucho tiempo para conversar", nos dice de golpe, mientras señala a los linieros que vienen instalando tras ellos la nueva red de electricidad: "Nuestra tarea es la de abrirles el camino. Y no es fácil; mira cómo están esas zanjas inundadas de agua y fango, hay jejenes, marabú, y la lluvia no deja de castigarnos. Pero los muchachos saben que el pueblo está ansioso por ver que se encienda la primera luz. Eso puede más que el cansancio".

Soto vuelve a meterse en la cuneta, y nos despide con una afirmación que lleva implícita la estirpe de este pueblo: "¡Periodista, no se olvide de poner ahí que en Mantua la gente crece más alto que el río!". (Más información)

29/09/2002

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