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16/05/2002
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Silvio y su expedición fabulosa

PEDRO DE LA HOZ 

Foto: ALDO MEDEROS Como los argonautas, como los vikingos que se atrevieron con los témpanos polares, como los que en esa verdadera cáscara de nuez, yate mínimo y gigante por el Caribe, que se llamó Granma y al que dedicó épicas tonadas en los 70, Silvio Rodríguez salió a navegar ayer en la tarde habanera, expedicionario de nuevas propuestas musicales.

Expedición, disco recién salido del horno bajo el sello Ojalá, fue presentado simultáneamente en catorce países de América Latina, España y Corea del Sur, y por supuesto en Cuba, donde Silvio compareció en Casa de las Américas, su casa, a las tres de la tarde, para hablar del fonograma en una conferencia de prensa que fue simultáneamente transmitida por Internet y en la que participaron por vía telefónica colegas de Chile, Ecuador, Bolivia y México. 

Silvio transita por una nueva espiral de su desarrollo artístico en este disco, cuando lleva justamente 35 años de vida pública como cantor. El compositor y pianista, Andrés Alén, al hacer la presentación, recordó cómo si bien no era la primera vez que el trovador orquestaba sus canciones o era objeto de la orquestación de otros músicos, concebía al fin un proyecto en el que, de una manera integral, partía de la orquesta y de las posibilidades orquestales para expresarse artísticamente. 

"La verdad —confesó el propio Silvio — es que he pasado prácticamente la mitad de mi vida sobre un escenario; creo que eso me había impedido poner a prueba mis viejos deseos de orquestar. Creo que la rapidez con que transcurre la vida en el escenario facilitó que ni yo mismo me percatara de que algunas de mis inquietudes musicales todavía esperaban por mí. Pudiera resumirlo diciendo que me había aprendido un nuevo par de acordes y no me daba cuenta de que ya era hora de usarlos, aunque solo fuera para el consabido cuando sepa un poquito más, lo voy a hacer mejor."

El resultado es un disco en el que texto, instrumentación e intenciones líricas y reflexivas forman un solo cuerpo. "Sé que hay amigos —dijo— que dicen que es mi mejor disco. Yo reconozco que he trabajado en él con la misma intensidad con que hacía canciones en la década de los 60, como si cada una fuera la última de mi existencia". 

A LA ESCENA CUANDO ME MOTIVE

La rueda de prensa, introducida por el poeta Roberto Fernández Retamar, quien recordó el vínculo de Silvio con la Casa y Haydée —allí Silvio, Pablo, Noel, Eduardo Ramos, Roque Dalton, Leonardo Acosta, Vicente Feliú, Estela Bravo, Sergio Vitier y otros aventurados del alma, instauraron, junto a otros más, las estancias de la nueva canción cubana en 1968—, motivó al trovador para que se entregara a confesiones y convicciones. 

A preguntas de este cronista de Granma, respondió: "Volveré al escenario cuando tenga motivos para hacerlo". Por lo pronto solo se divisa en el horizonte una irrupción el próximo diciembre, en la Feria del Libro de Guadalajara, como parte de la delegación cubana, en un ciclo de danzones que orquesta el maestro Leo Brouwer, y en el que cantará un par de temas. Y a otra, sobre el camino de su experiencia orquestal, le dio la siguiente salida: "Ya lo había hecho antes, solo que ahora es un disco puramente orquestal, donde a veces en las introducciones, el interludio y las codas, predomina el lenguaje instrumental". ¿Habrá ópera, sinfonías o conciertos por esta vía? "Qué más quisiera yo. Pero soy de los que prefiere no alardear, quedarme corto antes de ofrecer demasiado". 

No faltó, ante el carácter mediático de la presentación del disco, quien indagara por las bondades o maldades de Internet. El trovador dijo que había que mirar las caras positivas y negativas de la tecnología de punta, en dependencia de la ética de los que tienen que usar la red de redes. Silvio llamó la atención acerca de cómo los medios de difusión están dominados por transnacionales que sirven a un solo interés. Y cuando se le insistió demasiado por el santo y seña de los dominadores, dijo con acento popular: "El imperialismo, mulato". 

UN TÍTULO DEL TAMAÑO DEL PAÍS

Otro de los enigmas despejados en la conferencia se refirió al título del disco. En principio era Fantasmas y sortilegios, palabras recurrentes en algunos temas. Luego prescindió de la primera palabra. Al final, algunos amigos y su hija Violeta le sugirieron Expedición, que habla "del reclamo de los cubanos por la devolución del niño secuestrado, pero que no está dedicada a él, sino a esa unidad que se forjó y que a mí me impresionó mucho". Una voz, detrás de este cronista, acotó en voz baja: "Es que el disco tiene un título del tamaño de este país; todos somos expedicionarios hacia la utopía".

16/05/2002

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