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16/05/2002
Portada de hoy

En digital la última Guerra de las galaxias

El cine hacia una nueva era

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT

Más allá de la plataforma temático-propagandística montada para el estreno en los Estados Unidos, este jueves, del episodio dos (El ataque de los clones) de la nueva serie de La guerra de las galaxias, lo que realmente mantiene el interés de los especialistas es ver hasta dónde llegará George Lucas en lo que ya se considera la nueva era del cine, solo comparable con la llegada del sonido y del color.

Rodada en digital, esta entrega de La guerra de las galaxias se convierte en la primera superproducción en recurrir a una técnica que hasta el momento ha mantenido en duda a la millonaria industria del cine norteamericano, empeñada en seguir abrazada al mismo celuloide con que debutara hace más de cien años. 

El trabajo con cámaras digitales ha acaparado profundas discusiones técnicas y artísticas. Apoyado en el desarrollo vertiginoso de las computadoras, que permite una labor de edición e incluso de transformación y mejoramiento de la imagen sin mayores complicaciones, la moderna forma de filmar gana seguidores, en algunas ocasiones no sin desgarramientos nostálgicos.

Para los cineastas respaldados por producciones de bajo presupuesto, el digital les permite abaratar los costos de una manera significativa y emprender proyectos impensables en el soporte de 35 milímetros.

Pero en el comienzo del "experimento", el paso de una técnica considerada superior (el celuloide) al sencillo video fue visto por no pocos como una concesión de infortunios en el campo artístico, justificado por la necesidad de realizar películas a cualquier precio.

La vida y el uso vendrían a demostrar lo contrario.

Para hablar solo de nuestro continente, ahí están los casos de cineastas bien maduros como Ripstein, Subiela y Solá, formados en el clásico celuloide, y sin embargo, capaces de dar el salto narrativo al digital sin que se notaran imprecisiones en el campo de la técnica.

Aunque aún son muchos más los filmes rodados en celuloide, a diario aumenta la cifra de películas realizadas en parte en digital y luego transferidas a 35 milímetros. (Aquellos que vieron la cinta cubana Nada se habrán percatado de qué manera fue trucado el soporte digital antes de pasarse al celuloide). 

Lo que al inicio parecía, en términos visuales, como una vuelta a las cavernas, se ha convertido en todo lo contrario. En estos últimos tiempos las cámaras para rodar en discos digitales se desarrollaron de una manera tal, que permiten obtener resultados impensados hace unos pocos años.

Los poquísimos que conocen el filme de Lucas, que también este jueves se estrenará en Cannes ¡con proyectores de cine digital!, hablan de "nitidez impresionante" y de "elegancia hiperrealista."

En su anterior entrega de La Guerra de las galaxias (La amenaza fantasma) de 1999, Lucas recaudó 431 millones de dólares y se colocó en el cuarto lugar de los filmes más taquilleros de todos los tiempos.

Aunque él está respaldado también por una fuerte industria relacionada con los efectos especiales, resulta evidente que su superproducción de ahora no se realiza en digital por causas económicas, sino de amplias posibilidades técnicas.

No es que este nuevo capítulo de La guerra de las galaxias venga a santificar el digital. Pero al ser la primera superproducción en utilizarlo (grandes escenarios, cientos de extras...) aporta elementos significativos al contorno de una nueva era, que como nínimo en el campo de la producción, pudiera ser menos desigual.

16/05/2002

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