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![]() Elogia Carter esfuerzo humanitario para compartir con el mundo Joaquín Rivery Tur James Carter quedó fuertemente impresionado con la actividad científica cubana y la base ética que la sustenta, no vio por ninguna parte relación con el terrorismo biológico, y deshizo en tres minutos el último ataque mentiroso del Gobierno de Washington contra Cuba. Pero, además, el nivel humanista de la ciencia cubana le provocó la más alta valoración.
Como primer punto, refutó sin dejar lugar ni a la menor duda el embuste del señor John Bolton, subsecretario de Estado norteamericano, de que Cuba estaba implicada en la creación de armas biológicas y el terrorismo y, por el contrario, dejó claro el gran esfuerzo que se realiza para bien del Tercer Mundo y de la humanidad. Un momento antes de que Carter llegara a la institución, se presentó Fidel vestido con una guayabera azul claro para recibirlo a la entrada del centro, adonde habían acudido los principales directivos de los centros de investigación fundamentales del Polo Científico del Oeste de La Habana. La sesión informativa la abrió el doctor Luis Herrera, director del CIGB, y la continuaron luego Concepción Campa, directora del Instituto Finlay, y los dirigentes de los demás centros, para dar una idea bastante completa de cómo se realiza en Cuba la actividad científica y las bases que han permitido llegar a los niveles actuales. Poco a poco, se fue armando un cuadro completo, donde los inicios se pueden ver en la campaña de alfabetización y pasan por la creación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas y lo que podríamos llamar su extensión hasta convertirse en toda una región científica. La prioridad siempre fue el ser humano, primero de Cuba, luego del Tercer Mundo. La explicación incluyó, claro, el principio del ciclo cerrado, es decir, que los centros realizan la investigación, la producción y la comercialización de los logros, pero basado no en la competencia entre todos, sino en la colaboración, lo que ha permitido los éxitos alcanzados y la posibilidad de transferir la tecnología conquistada a otros países, subdesarrollados o no. Evidentemente influido por las publicaciones, Carter quiso saber si en las condiciones del contrato para el traspaso de tecnología se prevé que no se emplee en armas, y el doctor Herrera le respondió que en el mismo contrato, cuando se firma, se aclara que la tecnología no se puede utilizar en ninguna otra cosa que no sea fabricar el producto bajo acuerdo. Los estudios de las vacunas, las necesidades de la situación de África, el apoyo dado a Cuba por la Organización Mundial de la Salud y la Oficina Panamericana de la Salud por la disposición cubana a transferir tecnología de primera línea, quedaron expuestos. Incluso los científicos destacaron el hecho de que por primera vez se da el caso de transferencia de tecnología Sur-Norte con el acuerdo logrado con la firma Glaxo SmithKline, de Gran Bretaña, para producir la vacuna contra la hepatitis B, realizar nuevas investigaciones y comercializarla en Estados Unidos. Por primera vez la empresa vende un medicamento fabricado por otro. Otro aspecto explicado a los visitantes es que Cuba ha asumido la investigación y producción de vacunas tradicionales baratas, que las empresas transnacionales han abandonado por poco rentables, independientemente de su utilidad, sobre todo en el mundo subdesarrollado, y se ejecutan proyectos de candidatos a vacunas de enfermedades que en nuestro país no existen, pero el Tercer Mundo no tiene quien las produzca. Fidel hace comentarios, recalca que la demanda más grande de los países del Tercer Mundo es de transferencia de tecnología. José M. Miyar Barrueco abunda con datos sobre los problemas de África con el SIDA y señala la preocupación por los sufrimientos de ese continente y los peligros en el Caribe, y Carter hace algunas aclaraciones sobre los problemas poblacionales africanos y la mortal enfermedad. Vacunas actuales, en desarrollo, en proyecto, como las que se emplearán contra el dengue, el mal de Chagas o el SIDA. Equipos médicos de novísima generación creados por los científicos del patio para el mínimo acceso neuroquirúrgico, kits de diagnóstico variados, el equipo Audix para detectar tempranamente la falta de audición en los niños, forman parte de la información brindada al ilustre visitante. Después que toda la acción de los centros de investigación cubanos le mostró la realidad de sus esfuerzos, Carter acudió al micrófono para aclarar varias cosas. Una de ellas para subrayar que no parecía coincidencia en el hecho de que se lanzaran acusaciones contra Cuba en vísperas de su viaje a La Habana. Estas acusaciones, dijo "fueron hechas no tan incidentalmente justamente antes de mi visita". También que había sostenido reuniones con instituciones gubernamentales como preparativos de su visita, incluso con agencias de inteligencia, y en esos encuentros "no hubo ningún tipo de acusación ni alegaciones que pudieran sustentar este tipo de acusaciones. "En concreto yo había solicitado que me indicaran si había algún grado de evidencia relativo al hecho de que Cuba estuviera compartiendo cualquier tipo de información que pueda ser utilizada posteriormente para actividades de terrorismo en el mundo, y la respuesta de todos los expertos fue: no", añadió. Pero no fue solamente la convicción de que esa acusación es falsa. Carter tuvo valoraciones como que "es muy importante el esfuerzo humanitario para compartir con el resto del mundo" o su estimación de que Cuba podría ser un caso único en el que se logran éxitos por motivos humanistas y no económicos, no por el lucro, para añadir que su esperanza es que en el futuro pueda haber colaboración científica entre nosotros y Estados Unidos. |
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