Con la felicidad asomada al rostro, según palabras de una pionera de la localidad, miles de pobladores del municipio camagüeyano de Jimaguayú realizaron este sábado una combativa Tribuna Abierta de la Revolución.

Los oradores, todos jóvenes, apoyaron la Declaración Política del Comandante en Jefe Fidel Castro y denunciaron la hipócrita condena a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos, en Ginebra, influenciada por el chantaje y la presión de la Administración de Estados Unidos y la actitud servil de algunos gobernantes latinoamericanos.

Junto a los Comandantes de la Revolución Juan Almeida, Ramiro Valdés y Guillermo García, más de 10 000 manos con banderas cubanas se alzaron una y otra vez para ratificar esas expresiones, y exigir la liberación de los Cinco Héroes prisioneros del Imperio.

Decimistas, grupos musicales, declamadores, pintores y bailarines, dieron fe de la obra revolucionaria en este municipio de 800 kilómetros cuadrados de extensión y que fundamenta su economía en la producción de leche, parte de la cual envía a otras provincias de la Isla.

Impactante resultó la intervención de María Julia Belisario, madre de un niño discapacitado, quien aseguró que su hijo habría muerto y no hubiera tenido el elemental derecho a la vida, de no haber nacido en Cuba, donde recibió atenciones especiales para sus severas enfermedades neurológicas.

Imposiblitado de mover las manos, este pequeño — aspira a ser ingeniero cibernético— le ha dicho a su madre que tiene dispuestos las piernas, la mente y el corazón para ponerlos al servicio de la Revolución.

El acto concluyó con una estampa de bailes interpretada por alumnos de la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas.