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28/03/2002
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Una medalla a la calidad humana

En la Isla de la Juventud 10 trabajadores del frigorífico de la Empresa de Cítricos, se multiplican por miles para brindar servicios y enseñanzas

Diego Rodríguez Molina

NUEVA GERONA.— El gran refrigerador de la Isla de la Juventud, como aquí llaman al Frigorífico de la Empresa de Cítricos Jesús Montané Oropesa, cuya amplia capacidad permite a varias entidades guardar alimentos que destinados para la población requieren climatizarse, amenazaba con cerrarse ante roturas del corazón de ese sistema: sus compresores, con 27 años de explotación y sin piezas de repuesto ni posibilidades de sustituirse por lo costoso de la inversión.

Foto: EVELIO MEDINA RODRÍGUEZTal es la dedicación de este Comité de la Calidad del Frigorífico pinero, que lejos de conformarse con lo logrado se propone darle solución ahora
a la situación de las cámaras
de climatización.

Un desafío sin precedentes se abría para los diez integrantes de su Comité de Calidad y aniristas, y más cuando estuvieron 12 días sin servicio. Entonces el ingenio se encendió con la vergüenza de los 38 integrantes del colectivo.

"No teníamos nada —confiesa hoy Rubier Tamayo Rodríguez, un veterano mecánico al frente del equipo—, pero nos pusimos a hacer algo urgente para evitar el colapso de un servicio tan importante, enamoramos de la tarea a otros especialistas porque había que reparar con precisión, revisamos talleres, buscamos variantes y nos arriesgamos. No había más opción. Los metales los rectificamos, encamisamos rotores y tapas y les dimos nuevas medidas. Era como ponerle marcapasos a un corazón que amenazaba con paralizarse.

"Probamos con un compresor, dio resultado y lo generalizamos a los otros tres...", aclara este hombre que peina canas, con voluntad más fuerte que el acero y oficios tan diversos como su imaginación, quien afirma sentirse muy feliz, al igual que sus compañeros por mantener el servicio y ser más eficientes.

Y más contentos —enfatizan varios— luego de saber que un solo equipo se cotizaba en el mercado internacional a 122 mil dólares. "Imagínese que son compresores diseñados para no más de 25 años de explotación con buenos mantenimientos, y sin poderlos dar por falta de recursos, mire cuánto más los hemos hecho rendir", precisa orgulloso el mecánico Miguel Ángel Pérez Reyes.

Así contribuyeron, a la vez, a que el país no tuviera que erogar, más de 400 000 dólares, según cálculos conservadores, y que en las actuales circunstancias representa un aporte de inestimable valor en los esfuerzos de la nación por seguir sorteando los dañinos efectos del bloqueo yanki.

La experiencia, fruto también de un trabajo mancomunado con la ANIR y de la dirección colectiva de los trabajadores, es factible extenderla a otros colectivos y constituye ejemplo más allá de su novedad tecnológica y aporte económico.

CORAZONES SIN MARCAPASOS

Por eso el premio a esos diez trabajadores en el reciente XIII Activo Nacional de los Comités de Calidad, en Camagüey, es el beso agradecido de la Patria a obreros virtuosos, ingenieros de la resistencia y el progreso abriendo cauce juntos. Y es, además, una medalla a la calidad humana que en el Socialismo está llamada a regir la calidad en cada eslabón de la producción y los servicios.

Es otro reto de los 8 600 Comités de Calidad del país y sus más de 60 000 miembros, estimulados por el masivo movimiento del Forum de Ciencia y Técnica y nutridos cada vez más por trabajadores que como estos ponen cada día en lo que hacen todo el vigor de sus corazones sin marcapasos e imposibles.

28/03/2002

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